Hace unas semanas reportábamos que la señora Mercedes Santoyo, titular de la Contraloría del estado de Veracruz, señaló que ella estaría pendiente de todo lo que publiquen los empleaos a su cargo en la Contraloría, sobre todo en el caso de que hablen mal de esa institución. La señora Santoyo dijo que «es hora de aplicar una sanción administrativa, descuéntale tres días, ese tipo de cosas hay que hacer, debemos ser muestra ejemplar nosotros, y sí la ley nos lo permite, pues vamos a aplicarla». Pues esta misma actitud inquisidora la tiene también María Elena Álvarez-Buylla, quien hizo elaborar un nuevo Código de Conducta para los trabajadores del Conacyt.
De acuerdo con ese código “los grupos de evaluación de proyectos susceptibles de apoyos deberán de abstenerse de emitir comentarios u opiniones negativos o desfavorables sobre las políticas o programas del Conacyt”. En caso de que los trabajadores de esta institución tengan una opinión que quisieran exteriorizar, deberá pasar por el filtro de la oficina de Comunicación Social del Conacyt.
En caso de que a alguien se le ocurra externar su opinión sin permiso, y se ponga a criticar al Conacyt, los responsables serán remitidos a un Comité de Ética, que “estudiará el asunto con base en el protocolo que al efecto emita y podrá emitir recomendaciones al respecto y, en caso de que estime que existe una responsabilidad administrativa, lo comunicará de forma oficial al Órgano Interno de Control”. Vaya con esta Cuarta Transformación que ya superó a Tomás de Torquemada.
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