Esto pues China reclama las tierras de Taiwán como su propio territorio, que dicen, tomarán por la fuerza si es necesario. Mientras tanto, la comunidad internacional ve la situación como preocupante y culpan a China de las tenciones. Ante esta situación, Japón intentó juntar a los partes para mantener un diálogo mientras que Estados Unidos señaló las actividades de China como desestabilizadoras.
Taiwán calificó las actividades militares de China como guerra de zona gris por lo que el presidente de Taiwán, Tsai Ing-wen, puso como prioridad la modernización de las fuerzas armadas. Tsai mencionó que quiere convertir a Taiwán en un puercoespín para protegerse, concentrándose en el uso de nuevas armas móviles. Los involucrados en esta situación, como Estados Unidos, que provee de armas a Taiwán, opinan que la situación debe de solucionarse de una manera pacífica y sin amenazas o el uso de la fuerza.