Lo cierto es que la reina del turismo jicamero debería recordar que mucho antes de que comenzara la pandemia, se llenó la boca diciendo que pronto el puerto de Veracruz estaría invadido por cruceros repletos de turistas de alto nivel. Esa declaración sólo fue una vulgar mentira más de su amplio repertorio. Hasta el momento, eso nunca sucedió.
Es un hecho que se atravesó la pandemia, pero la reina de los vestidos regionales nunca se movió ni gestionó apoyos tangibles para que los hoteleros pudieran sortear la pandemia. Por tal razón, 250 hoteles tuvieron que cerrar sus puertas, desde luego que muchos volvieron abrir, pero no fue por el apoyo de la Secretaría de Turismo, pero eso sí, la folclórica Xóchitl Arbesú dice que ya se ve la luz al final del túnel.