Claudia Guerrero Martínez / Ante un México dividido por el ocaso del sexenio de Luis Echeverría, en 1976, el PRI, donde militó Andrés Manuel López Obrador y no debemos olvidar esto, ideó una frase para su candidato José López Portillo, siendo el slogan “La solución somos todos”, que durante sus próximos seis años de administración, estuvieron llenos de excentricidades, abusos de poder, frivolidades y actos de corrupción, por lo que la frase cambió a “La corrupción somos todos”, como burla por ser un gobierno lleno de fracasos.
En la administración de los “honestos” y la “4ª Transformación” de MORENA, en un inicio, los mexicanos depositaron su voto y confiaron en el presunto cambio prometido, obteniendo el gran engaño, polarizado al país y evidenciar ser una gran estafa, pues la corrupción impera en la administración del “Honesto” López Obrador, beneficiando a sus hijos, hermanos y parientes, quienes han utilizado el poder para hacer negocios. Recordemos, que “El Peje” tiene la misma similitud que el gobierno de Luis Echeverría Álvarez.
Y los honestos, se transformaron en corruptos, pues el poder enloquece y uno de ellos, quien presumía ser austero y “sin cola que le pisen”, como él mismo decía, es hoy el peor gobernador que se tenga recuerdo en Veracruz, Cuitláhuac García Jiménez.
“La corrupción somos todos”, cuando medios de comunicación y columnistas callan el saqueo, abusos del poder y desvíos de recursos para enriquecer a casi todos los funcionarios de este gabinete estatal ladrón.
“La corrupción somos todos”, cuando morenistas apoyan a su gobernador y presidente, cuando existe un beneficio para estos militantes, pero en el fondo se dan cuenta que ellos han sido un fraude y la 4T nunca existió.
“La corrupción somos todos”, cuando Cuitláhuac García pretende imponer a Juan Javier Gómez Cazarín para un nuevo periodo como diputado local plurinominal, violentando la Ley Electoral y los derechos políticos de tres mujeres militantes de MORENA, para ocupar una curul en la nueva Legislatura en el Congreso de Veracruz. Y columnistas a sueldo también realizan corrupción defendiendo a “El Carón” para llegar nuevamente como legislador, cuando saben que Gómez Cazarín violenta leyes electorales y de paridad de género, por un convenio hecho entre pillos.
“La corrupción somos todos”, cuando el que calienta la silla de gobernador, sin tomar decisiones como tal, nombra a impresentables e inexpertos en cargos públicos como el de la Secretaría de Medio Ambiente, Juan Carlos Contreras Bautista, por el simple hecho de ser “amigo y confidente” de Cuitláhuac García; lo mismo ocurre con Zenyazen Escobar García, nuevo millonario con edificio de departamentos, lujosas casas, motocicletas y camionetas de lujo y Javier Ricaño Escobar en el Secretariado Ejecutivo del Sistema y del Consejo Estatal de Seguridad Pública, quien su mérito es ser amigo del Gobernador y ha desempeñado cargos por consigna en esta administración.
“La corrupción somos todos” cuando se une a la lista de presos políticos en Veracruz, la detención en Chiapas del empresario Jesús Uribe Esquivel, excandidato a la alcaldía por Las Choapas, a quien le imputan la muerte de Mario Alejandro Ramos López, encontrado el 30 de diciembre del 2020, en el Río Tancochapa, en los límites de Veracruz y Tabasco. Lo interesante es que los padres del fallecido se deslindan de las notas redactadas y manipuladas desde Palacio de Gobierno, pues ellos, los afectados por la muerte de su hijo, aseguraron tajantemente nunca haber señalado a Chucho Uribe como el culpable de esta muerte y hasta hablaron bien de Uribe Esquivel.
No debemos omitir, que la alcaldía de Las Choapas fue impugnada con pruebas sustentadas para una anulación y el candidato del PAN-PRI-PRD, Jesús Uribe Esquivel estorbaba para que el gris dirigente estatal de MORENA, Esteban Ramírez Zepeta, presuma este triunfo y quien estaba obsesionado de no perder el municipio que lo vio nacer.
“La corrupción somos todos” cuando en Veracruz no se respeta la Ley de Adquisiciones, en la designación de contratos, violentando todo, sin preocuparse si el poder se acaba en tres años. Un problema patológico, pues estos corruptos están enfermos por el Síndrome del Poder. Seguridad Pública al servicio de grupos criminales; el Poder Judicial y el Legislativo sirven para venganzas políticas y son saqueados, omitiendo la rendición de cuentas, ni el compromiso de que en verdad fuesen “honestos”, como palabra emblemática de este Gobierno Estatal, a quienes les diremos que “La corrupción son los de la 4T”.
“La corrupción somos todos”, como parte de una ingobernabilidad federal y estatal, mientras el presidente López Obrador presume haber acabado con ella y ésta se expande como la humedad en los criterios de funcionarios quienes no entienden la encomienda de servir a los ciudadanos y no, servirse para ellos.
Notita importante: Y de estos actos de corrupción informaremos en próximas entregas.
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