Cuando lo cuestionaron sobre su insensibilidad, pues mientras algunos ciudadanos padecían los estragos de las lluvias él estaba muy tranquilo jugando golf, Cuauhtémoc Blanco declaro: «Yo no le veo nada de malo, tengo una muy buena relación con Elías, me vine a desayunar con él. Soy un ser humano, tengo derecho a jugar golf, pádel, futbol… Lamentablemente así es la política».
Si Blanco fuera sólo un exfutbolista, un jugador jubilado, no habría problema, pues tiene derecho, es humano. Pero al imbécil de Cuauhtémoc Blanco se le olvida que es el gobernador del estado de Morelos y que los morelenses mantienen hasta sus gustos por el golf. Pero esos son los gobiernos apoyados por Morena, puros gobernadores de drenaje.