El gatopardismo de la mal llamada Reforma Educativa ha hecho creer a miles de maestros que ésta yace tres metros bajo tierra. Sin embargo, su espíritu punitivo sigue perjudicando al maestro con pocas horas, sobre todo, perjudica a los maestros que se quedaron en el limbo, aquellos que cuentan con antigüedad, experiencia y que carecen de palancas en la parte oficial y sindical.
La gran mayoría cree que el presidente ha cumplido cabalmente con el magisterio al hacer a un lado la reforma del gobierno de Enrique Peña Nieto. Es cierto que el docente ya no es evaluado para ver si permanece en sus funciones, sin embargo, el trabajo de la USICAMM (Unidad de Sistema para la Carrera de las Maestras y Maestros), ha sido un verdadero fiasco.
Este organismo evaluador no tiene bien definido los criterios de medición y no cuenta con la suficiente experiencia para evaluar a los maestros. Al menos su blindaje ha sido socavado, aparentemente, por su propia gente, ya que su banco de reactivos se vendió como tortillas a varios docentes sin ética y escrúpulos.
Lo cierto es que no hay mucha diferencia entre el INNE (Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación) y la USICAMM, por lo que se puede decir que aún no ha desaparecido por completo la Reforma Educativa implementada en el sexenio de Enrique Peña Nieto. Por lo pronto, muchos maestros aún esperan sus resultados y otros, después casi 12 meses, no les han asignado su plaza.
Comentarios