Arturo Reyes Isidoro / Redactaba anoche la columna y la situación de emergencia que se vive en Tula, Hidalgo, me hizo imposible continuar con otro tema. Las imágenes que transmitía en vivo el noticiero FORO tv, de Televisa, primero con Karla Iberia Sánchez y luego con Ana Francisca Vega, me hicieron recordar la tragedia que vivió Veracruz en el norte del estado en 1999.
En aquel entonces, como ahora, la gran inundación se agravó por el desfogue de la presa Necaxa, en el estado de Puebla. Ahora, la presa Danxhó, en el Estado de México, estaba anoche desfogando en el río Tula, con la gran diferencia de que esta vez han alertado y desalojado a tiempo a cientos, miles de personas, para llevarlas a lugares seguros, mientras que hace 22 años se trató de mantener en secreto que habían abierto las compuertas por lo que las grandes avenidas de agua tomaron por sorpresa a miles de personas. Los veracruzanos muertos fueron cientos (se dio una cifra “oficial” –tentativa– de 384 pero nunca sabremos en realidad cuántos fueron en total).
¿Qué hacer con los hidalguenses cuando en Veracruz tenemos nuestro propio drama con los miles de damnificados por el huracán Grace, cuando la sociedad civil, siempre muy solidaria, vive una difícil situación económica por la crisis del actual gobierno agravada por la pandemia de Covid-19 y le es difícil dar más de lo que puede?
En Veracruz ya va para 20 días que pegó Grace y hasta hoy solo se tiene el anuncio de apoyo del gobierno federal, pero nada más. Preocupa que los desastres por fenómenos naturales se le acumulan al gobierno de López Obrador (en el Pacífico 44 municipios de seis estados afectados por el huracán Nora; en el Estado de México, inundaciones en Ecatepec; en Guerrero y Oaxaca afectaciones por el sismo del martes, más lo que se está acumulando) y no se sabe de dónde va a sacar recursos para atender a todos, porque además su prioridad son el Tren Maya, la refinería de Dos Bocas y el aeropuerto de Santa Lucía.
Una declaración ayer del secretario de Desarrollo Social del Gobierno del Estado, Guillermo Fernández Sánchez, ilustra lo limitados o lo amarrados que están en el gobierno del estado. Para la reparación de daños por Grace dijo que la dependencia a su cargo se involucró solo para dar “ayuda humanitaria”, como la limpieza de viviendas, y su colaboración en el levantamiento del censo de damnificados, porque de un presupuesto del que disponen por 967 millones de pesos, actuarán hasta que dé indicaciones el gobierno federal. A ver cuándo se les ocurre y mientras tanto piden paciencia a los afectados.
Los veracruzanos han estado haciendo lo que pueden, llevando víveres a la zona de desastre, pero es mínimo para la magnitud de los daños. Algo tenemos que hacer para ayudar también a los hidalguenses, que ahora están peor que los veracruzanos.
Los y las héroes
Dentro de toda la desgracia en Hidalgo, nuevamente el personal sobre todo de enfermería, esta vez del IMSS, ha dejado constancia de su entrega sin límites al servicio de sus semejantes.
La terrible noticia fue que el Hospital General de Zona con Medicina Familiar No. 5 de Tula, resultó inundado y miles de mexicanos pudimos ver las imágenes videograbadas de enfermeras y enfermeros, de camilleros, de médicos, chapoteando entre el agua sacando a los enfermos para llevarlos a lugares seguros. Así quisiera ver a los funcionarios del gobierno, a los diputados, a los alcaldes, que inmerecidamente cobran jugosos sueldos frente a los que ganan los trabajadores, de todas las áreas, de los hospitales.
No esperaron a que llegaran los de Protección Civil, ni los bomberos, ni la policía, ni los elementos de la Marina y del Ejército, y los vimos movilizarse de inmediato dentro del hospital, pero también por las calles arrastrando lanchas con pacientes, muchos de Covid, aunque lamentablemente no pudieron evitar que murieran 17 enfermos porque les faltó oxígeno.
Aquí narré mi experiencia con el personal médico y de enfermería que a diario están salvando a decenas de pacientes con Covid en el Centro de Alta Especialidad (CAE) “Dr. Rafael Lucio” de Xalapa, por quienes todos los días hago oración al levantarme, pero en general de todos los centros hospitalarios del país, unos verdaderos héroes anónimos que se merecen el mejor y más grande homenaje y reconocimiento de la sociedad.
Para los de Hidalgo, mis respetos. En ellos veo además a los miembros de mi familia que también dan la batalla en diferentes hospitales del estado.
Los atienden como nunca: a toletazos
Para justificar la desaparición que hizo su gobierno del Fondo de Desastres Naturales (Fonden), en su conferencia mañanera el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo ayer desde el Palacio Nacional: “… a los damnificados los estamos atendiendo mejor que nunca”.
En la congregación El Castillo, municipio de Xalapa, minutos después, jenízaros de la Secretaría de Seguridad Pública dieron una demostración de esa inmejorable atención: quitaron a madrazos (¡perdón lector, se me fue la palabreja!) a pobladores que protestaban bloqueando la carretera hacia Xalapa porque casi 20 días después del paso del huracán Grace no les reconstruyen un puente que colapsó y que es vital para su economía, ya que no pueden sacar el producto del que viven: ladrillos que construyen manualmente y que han sido el sustento de ellos toda su vida.
Sí, los atendieron como nunca: con gas lacrimógeno, a toletazos y a patadas, y a uno con cárcel. ¿Dónde están los 114 millones que informó el gobernador Cuitláhuac García Jiménez que existen de una póliza de seguros para desastres naturales, además de cobertura amplia?
La rifa
¿Usted, ya compró su “cachito” para la rifa que organizó el presidente para este año, el día 15, dentro de solo seis días?
Piérdale el amor a 250 pesucos y pruebe a ganar uno de los 22 premios: un palco en el Azteca, un rancho, casas, terrenos y varios departamentos confiscados al crimen organizado.
Se emitieron 6 millones de “cachitos” y, que se sepa, la venta ha estado muy floja, flojísima, por lo que empleados del gobierno los están comprando en forma “voluntaria”.
A diferencia del año pasado con la famosa rifa del avión sin avión, ahora no hemos visto ni al gobernador ni al secretario de Gobierno comprando sus billetes en la calle Enríquez, posando, además, para la foto de propaganda y publicidad.
¿Qué pasó mis valientes? Más solidaridad con el jefe (empleados esperan que ni les consulten y en la nómina de la quincena les venga el descuento del costo de su respectivo “cachito”. Van a dar el grito, sin duda).
Por cierto, con la entrega del Presupuesto de Egresos presentado ayer por el secretario de Hacienda y Crédito Público, Rogelio Ramírez de la O, a la
Cámara de Diputados, nos enteramos que el arrendamiento del avión “que ya se rifó” nos costará en 2022 la suma de 475 millones de pesos.
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