Jorge Flores Martínez / Nuestra ciudad carece de mito fundacional; no tenemos un Rómulo y Remo amamantados por una loba, o la promesa de un dios a su pueblo sobre una tierra prometida, o la visión de un águila devorando una serpiente en un pequeño promontorio de un lago. Nuestra ciudad y su origen son mucho más sencillos y humildes, obedecen al asentamiento de pueblos Xicalangas y Totonacas en el ya lejano año 1313, en cuatro, se supone, ancestrales barrios indígenas, con los nombres de Xallitic, Tlalmecapan, Tecuanapan y Techacapan.
Es una historia bellísima, una serie de barrios indígenas que vivían pacifica y alegremente que, con el correr de los años, se fusionaron en un solo asentamiento humano, al que por suerte y destino, tuvieron a bien llamarla Xallapan.
Lo curioso del caso es que cuando uno lee la Historia Verdadera de la Conquista de la Nueva España de Bernal Díaz del Castillo o la Historia de la Conquista de México de Francisco López de Gómara, lo que ambos mencionan es el paso por Xalapa, donde Cortés fue muy bien recibido y hospedado. No hay más, pero tampoco menos, y no hay el menor indicio o evidencia en estos testimonios que este poblado estuviera constituido por cuatro barrios ni nada que se le parezca.
Hasta acá yo lo tenía claro, la versión del mito fundacional de Xalapa en 1313 con sus cuatro barrios indígenas y los documentos históricos existentes no cuadran, hay de dos, o Bernal Díaz del Castillo, que dicho sea de paso, algunos investigadores aseguran que era el seudónimo del mismísimo Hernán Cortés, o Francisco López de Gómara, que también, dicho sea de paso, era el biógrafo contratado por el mismo conquistador, nos mienten al relatar su paso por Xalapa y no hacer mención de los barrios, o alguien, muchos años después, le dio por embellecer el origen de Xalapa.
La historia de la fundación de Xalapa en 1313 se acepta sin el menor cuestionamiento. Es solo el historiador Paulo César López Romero que lo cuestiona, como se debe cuestionar la historia, con argumentos y evidencias, tanto escritas como arqueológicas. López Romero nos menciona que existe un registro de 1580 sobre Xalapa antes de la llegada de los españoles, en este documento se menciona que el rey Felipe II solicitó información sobre sus reinos en la Nueva España que fue recopilada por el alcalde mayor Constantino Bravo de Lagunes en la que describe que en esa fecha habitaban 639 indios casados y en tiempos de Moctezuma, dicen los indios, eran más de treinta mil. También, en esta misma relación se menciona que vinieron unos doscientos años antes a poblar Xalapa, es decir en 1380, unos 80 indios de Quimixtlán fueron los que dieron origen a la ciudad según este registro.
Años después, ante la necesidad de resolver el embrollo de tan sencillo y humilde pueblo, se resolvió que Xalapa tuvo su origen por la migración de indígenas xicalangas en su marcha a Tlaxcala en 1313. Todo con un fino análisis matemático y una seria información científica irrebatible, pero hasta el momento desconocida, es decir, el clásico: Yo tengo otros datos y me tienen que creer.
Es decir, no hay nada, el resto de los estudios e investigaciones de la época, exponen que no se sabía nada de Xalapa antes de la conquista, probablemente el poblado mencionado por Díaz del Castillo y López de Gómara estaba ubicado en un sitio diferente a la Xalapa actual, posiblemente en la ladera norte del Macuiltepetl o en una serranía cercana y que pocos años después por una epidemia de tifus los habitantes emigraron a la Xalapa actual manteniendo el nombre de su antiguo pueblo.
Es hasta 1869 cuando Manuel Rivera Cambas, “decretó” el origen de Xalapa con una migración, ahora de tlaxcaltecas, que subían al altiplano y fundaron Xalapa en el año de 1313 con tres barrios, ya no cuatro, que al día de hoy conocemos como El Calvario, San José y Santiago. El origen de la ciudad había nacido, se requería una fundación nacionalista que, con base a una identidad indígena subyacente en toda idea de mexicanidad, nos diera a los xalapeños la justificación histórica de estar a la par de la gran Tenochtitlán, por lo menos en su origen prehispánico y no en una simple fundación española.
Le seguimos para otra semana con esto de cómo, cuándo y por qué de la fundación de Xalapa.
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