Pese a que el maestro se “divertía” haciendo esto, una alumna cansada de los “castigos” denunció a su docente ante la escuela. El profesor al ser interrogado admitió su pecado y confirmó que él realmente hacía esto, pero que lo realizaba como juego entre sus alumnos.
Aunque esto fuera cierto (aunque claro no lo es), el maestro declaró además que lo que hacía no era acoso sexual. A pesar de lo último, la Secretaría de Educación del Gobierno del Estado (SEGE) despidió a este profesor de la institución. Asimismo, congelaron todos sus pagos.