Prueba de ello es que el presidente metió en su glosa como un gran logro de la 4T cifras económicas de las remesas que mandan los trabajadores que sudan en los Estados Unidos, trabajadores que abandonaron el país para desempeñarse donde encontraron la oportunidad para hacerlo.
Ojalá y que los próximos tres años que faltan sirvan para darle un nuevo rumbo a la política económica y que también se tome en cuenta a los burócratas, maestros, comerciantes, aquellos que forman parte de la olvidada clase media. Aunque conociendo cómo se las gasta el presidente, tenga por seguro que le seguirá apostando a las clases sociales más bajas, aquellas que le retribuyen poder electoral.