El INE sancionó a Morena y por ende a la maestra Delfina Gómez, por obligar a los empleados del municipio de Texcoco a aportar “voluntariamente” un diezmo para la elección del 2017, elección en la que Delfina Gómez contendió para buscar la gubernatura del Estado de México. Otro de los implicados en este fraude electoral fue Horacio Duarte, actual director de Aduanas. La multa fue de 4 millones y medio; poca cosa para quien ahora es secretaria de Educación. Otros implicados en la trama del fraude están también en algún puesto del gobierno federal.
Al INE sólo le queda demostrar que hubo un delito y sancionar a los implicados. Si como dice el presidente López Obrador, en sus spots donde promociona su tercer informe, en su gobierno todos son honestos, entonces debería de retirar del cargo a Delfina Gómez de la SEP, a Horacio Duarte de Aduanas y a los demás implicados del puesto a su cargo. Pero no lo va a hacer. No lo hará porque este gobierno es de discursos, no de hechos.
Este gobierno navega en su propia incongruencia, la de un presidente que exige honradez a sus adversarios, pero que a los suyos les tolera este tipo de actos delincuenciales. Ahora bien, si esperamos a que por dignidad Delfina y Horacio renuncien, pues nos vamos a quedar esperando.
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