Al retirarse la mascarilla para leer un texto, el virus se esparció por toda la clase y uno a uno todos los alumnos fueron enfermando. Este caso tuvo lugar en el pasado mes de mayo, cuando la maestra aún no estaba inoculada. Afortunadamente, todos los pupilos contagiados se recuperaron satisfactoriamente.
“A lo largo de este periodo, todos los pupitres estaban separados por dos metros. Todas las aulas tenían filtros de aire de partículas de alta eficiencia portátiles y las puertas y ventanas permanecieron abiertas”, destacó la directora de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EU (CDC). Al final hubo 27 contagiados. Y todo por una sola persona, ¿se imagina entonces en el regreso a clases?