El columnista Aurelio Contreras lo señala de esta manera: “Sin embargo, lo que se vino después fue una embestida no para transparentar ni democratizar el proceso, sino para descarrillarlo. Desde una página de Facebook, una supuesta usuaria comenzó a hablar de presuntos plagios cometidos por los tres finalistas en sus propuestas de trabajo y publicó una petición en una plataforma para que la designación de nuevo rector sea anulada.
Lo cual encontró un inusual eco en ciertos medios de comunicación, ante lo endeble de los señalamientos”. ¡He aquí la nueva forma de “porrismo”! Un “porrismo” cobarde que ya no da la cara, que tira la piedra y esconde la mano. ¿Quién está detrás de esto? Habría que preguntar a Raúl Arias Lovillo, quien anda haciendo llamadas a sus “amigos” para infamar a uno de los candidatos.