Jeanine Áñez estuvo un año en la presidencia, hasta que llamó a nuevas elecciones. Una vez llegado el nuevo gobierno a cargo de Luis Arce, quien había sido ministro de Economía e Evo Morales, llegó el momento de cobrar cuentas. Jeanine Áñez fue llevada a prisión, nadie la defendió, nadie metió las manos por ella; ningún país, y menos México, acudió al rescate.
Hoy Jeanine Áñez se encuentra en una prisión, viviendo un infierno al que ella misma compró ticket. Ya ha intentado suicidarse, por lo que está siendo medicada, pero sus allegados dicen que en realidad le están dando medicamentos para enfermarla. Jeanine Áñez es un ejemplo claro de que «los carniceros de ahora, serán las reses del mañana». Pero nadie que esté cometiendo atrocidades en la actualidad quiere entender esta ley de la vida.