Esto significa que, al menos en los Estados Unidos, la vacuna de Pfizer se podrá comercializar como medicina de patente. Una vez que la FDA ha dado su aprobación a esta vacuna para su comercialización, que eso también suceda en México es cosa de poco tiempo; claro, a menos que López-Gatell meta las narices en eso y quiera detener la comercialización.
Lo que queda por definir es el precio y la manera de adquirir la vacuna. No se espera que se venda como si fueran mejorales; se espera que la compra requiera receta médica, como cualquier medicamento controlado. Luego está el tema de la aplicación; lo preferible será que sea un médico o enfermera especializada la que aplique la dosis.