Por otra parte, la madre de José Eduardo dice que su hijo la llamó para decirle lo que había pasado. Le dijo que los policías lo detuvieron porque lo vieron sospechoso, a lo que él dijo que sólo iba a una entrevista laboral. Dice la madre que cuando llegó lo encontró vomitando y en muy mal estado.
Lo llevó entonces al hospital Agustín O’Horán: «Ahí no nos atendieron como esperaba, dada la gravedad de lo sucedido. El doctor que lo recibió sólo le preguntó si era gay y yo le respondí que él ya dijo que no es gay y aunque fuera nadie tiene derecho a golpearlo y violarlo». Una serie de actos deleznables, omisiones y discriminación que en este siglo XXI no deben de ser permitidos.