Al ser llevada presa como principal sospechosa, un mensaje de texto fue clave para encarcelar a esta mujer. En él se leía lo siguiente: «Voy a matarla… porque sigue saliendo de la sala de estar o yendo a la cocina, así que le he dado una paliza y una bofetada por cagar en el pañal», dice, a lo que su pareja responde: «Bien, dale de mi parte».
Al hallarse culpable, un juez declaró culpable a Nicola Priest y Callum Redfern y los sentenció a 15 años de cárcel. «El Tribunal de la Corona de Birmingham determinó que Kaylee fue víctima de un “asalto sostenido y feroz” después de que interrumpió a Priest y su novio Callum Redfern teniendo relaciones sexuales», declaró la corte.