La tarde del viernes nos enteramos por el mismo escritor Jorge F. Hernández, que la Secretaría de Relaciones Exteriores de Marcelo Ebrard lo había cesado como Ministro para Asuntos Culturales de la Embajada de México en España. Así lo anotó el escritor en sus redes sociales: «Ayer fui cesado como Ministro para Asuntos Culturales de la Embajada de México en España. Mi aplauso y gratitud para el equipo ejemplar del Instituto Cultural de México en España y la Biblioteca Octavio Paz». La explicación de la misma SER raya en lo absurdo: «El señor Hernández incurrió en comportamientos poco dignos de una conducta institucional que nos llevaron a solicitar a la Secretaría el término de su contratación».
Esta justificación cabe en el contexto de una escuela secundaria administrada por monjas, pero esa es la mentalidad de la 4T. Pero, ¿qué carajos hizo, o qué carajos dijo como para ofender a la diplomacia de la 4T? No es poca cosa. Jorge F. Hernández sólo dijo lo que cree. Sobre el tema a debate que se iniciara por las declaraciones del estulto funcionario de la SEP, Marx Arriaga, quien acusa que leer por goce es un acto de consumo capitalista.
Jorge F. Hernández anotó en su columna del periódico Milenio: «Por supuesto que se puede leer bajo la muy ideologizada militancia del errado o confundido bibliotecario improvisado (Marx Arriaga) que acaba de clamar algo en torno al consumismo capitalista como afán opuesto a quienes creen que leyendo reviven Playa Girón o las heridas de Camboya, cuando en realidad su tufillo más bien apesta a Pol Pot (que no es precisamente un guiso inglés), ese demente que pintó en letras rojas la condena fanática contra todo aquél que llevara lentes, gafas o quevedos de diversa dioptría ‘pues revelan que se trata de un lector’».
Poca cosa, comparar indirectamente a López Obrador con un tirano como Pol Pot. Muchos piensan que AMLO está en ciernes de serlo; pero los funcionarios de la 4T no tienen derecho a pensar bajo su libre albedrio.
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