¿Dónde le podrá caber al presidente Andrés Manuel López Obrador tanto cinismo? Él piensa que la votación que recibiera en las elecciones presidenciales del 2018 le da derecho a manipular a sus seguidores a su antojo. Promueve López Obrador una consulta, que para enjuiciar a los expresidentes; lo promueve como una necesidad democrática, sin importarle pasar por encima de la presunción de inocencia de los señalados.
Pero después de los resultados, que no le favorecieron, pues la votación no llegó al 40 por ciento del padrón electoral, sale con esta postura cínica: «Aunque se hubiese logrado el 40 por ciento de participación para que fuese vinculatoria, de todas maneras, no era enjuiciarlos sin el derecho a la defensa, no era un juicio sumario, se tenía que llevar todo un proceso legal, como cualquier otro ciudadano». Él lo sabía, López Obrador no es tonto como sus chairos. Para enjuiciar a alguien no se necesita una consulta, sólo se requiere que se aplique la ley, como a cualquier ciudadano.
Esto último ofende la inteligencia o la estulticia de los más de 6 millones de seguidores del presidente que salieron a votar el primero de agosto. Pero no hay problema, porque sus chairos se lo perdonan todo; la mayoría de esos chairos ni siquiera entienden que los está insultando.
Comentarios