Sergio González Levet / Ha sido parte destacada de la Universidad Veracruzana desde hace 37 años, cuando empezó a dar clases en las aulas de la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación.
En aquel entonces, la escuela semejaba más bien una academia de periodismo, por su edificio de proporciones modestas, por sus instalaciones mínimas y por sus limitados planes de estudio, que contemplaban (recuerdo porque fui un alumno muy fugaz, de sólo un día de clases), dos horas de mecanografía diarias en el candente “après-midi” jarocho, ni más ni menos que de 4 a 6 pm. Una tortura digna de Torquemada.
Cierto compañero de la época me decía: “Compadre, aquí sales en cuatro años de periodista, o en dos de secretaria bilingüe”, y no le faltaba razón.
Pero a Rocío Ojeda le tocó participar en la transformación de la escuelita concebida ensoñadoramente por don Alfonso Valencia Ríos, un reportero hecho en el cauce de la chamba diaria en pos de la nota.
Rocío pasó de alumna a licenciada, de profesionista a docente, de docente a maestra, y culminó con un doctorado que la distingue como una especialista en su área, que es la comunicación en todo su esplendor.
Ella, por ejemplo, presume orgullosa su conocimiento de la semiología que germinó Ferdinand de Saussure (y que ahora, rimbombante, le llaman semiótica). Pero no se queda atrás en otras materias (“experiencias educativas”, se les dice ahora).
El proceso de designación de la persona que sucederá a Sarita Ladrón de Guevara en la Rectoría el próximo primero de septiembre tiene 13 aspirantes, y de ellos pasarán a la siguiente ronda tres o cuatro, que son llamados candidatos.
Los analistas serios que se dedican al tema de la UV coinciden en que la doctora Ojeda Callado estará en la siguiente fase, por varias razones:
1. Por su desarrollo profesional dentro y fuera de la Universidad.
2. Por su condición de mujer preparada, inteligente y valiente.
3. Por su conocimiento y manejo de la problemática de los estudiantes.
4. Por su amplia experiencia administrativa como secretaria y directora de la Facultad.
5. Por su voluntad sindicalista y su apoyo a las condiciones laborales de los catedráticos.
6. Y “last but not least”, por su natural cercanía e identificación con los periodistas y con el periodismo veracruzano.
He ahí las buenas razones por las que la doctora Rocío Ojeda Callado ve con confianza su futuro inmediato.
Y no son pocas…
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