«Nadie rebaje a lágrima o reproche», así da inicio el Poema de los dones de Jorge Luis Borges, quien quiso con ello anticiparse a aquellos que pensaban que un poema sobre la ceguera, sobre su ceguera, podía ser la quejumbre de un hombre amargado. Asimismo, ni es lágrima ni es reproche cuando decimos que no han sido fáciles estos seis años de Libertad bajo Palabra. No han sido fáciles porque en Veracruz no se respeta la libertad de expresión. Cierto, el gobierno dice que sí, que uno como medio puede publicar lo que sea sin que haya represalias. Pero miente, represalias las hay, pero los actores del gobierno de Veracruz tiran la piedra y esconden la mano.
Un ejemplo muy simple: Trate de anotar la dirección web de Libertad bajo Palabra en Facebook, verá que no puede; tate de compartir en Facebook alguna nota de Libertad bajo Palabra, verá que no puede. Eso es obra del Gobierno del Estado. Pero ni lagrimeamos ni le reprochamos nada. Esta adversidad nos ha hecho más fuertes en otras redes sociales, incluso en los buscadores de Google; los pedidos de las agencias de publicidad, incluso del extranjero, no han disminuido.
Nuestro afán de informar no ha disminuido, nuestra temeridad y entereza siguen firmes. Seguimos informando, seguimos denunciando, seguimos acusando con pruebas la corrupción y las mentiras de un gobierno que prometió cambios, pero que sólo ha generado decepción y burla. Seguimos esgrimiendo la palabra como una espada, y aunque nos han prometido la comodidad de los abyectos a cambio de la servidumbre de los lacayos, nos hemos negado porque nuestro compromiso es con nuestros lectores, no con el gobierno.
Seis años de Libertad bajo Palabra, les advertimos, es apenas el inicio y no vamos a transigir. Gracias a nuestros lectores, a nuestros colaboradores, al personal que se la ha rifado con nosotros. Gracias a Dios por permitiros ejercer el oficio del periodismo con dignidad, algo que nos deja satisfechos. (Armando Ortiz)
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