Dicen por ahí que las derrotas tienen pocos dueños, pero que las victorias, todo mundo se la adjudica. La medalla de oro conseguido por el ciclista Richard Carapaz en los Juegos Olímpicos que se celebran en Tokio, ha sido una satisfacción muy grande para los ecuatorianos, sobre todo porque el ecuatoriano no recibió el apoyo que se merecía. La Locomotora de Carchi, como se le conoce a Richard Carapaz, realizó una carrera magistral, ya que se impuso después de una escapada a seis kilómetros del final y terminando con una ventaja de un minuto y siete segundos sobre sus más inmediatos perseguidores.
El belga Wout van Aert se quedó con la medalla de plata y el flamante ganador del Tour de Francia, Tadej Pogacar, ganó el bronce en un sprint donde estuvo involucrado el colombiano Rigoberto Urán. Esta historia es una un logro personal de un hombre que, a pesar de sufrir carencias, logró poner en alto el nombre de su país.
Por ahí también los ojos del mundo están puestos en la pequeña pero poderosa atleta ecuatoriana especializada en caminata, Glenda Morejón, quien es considerada como una de las mejores marchistas del mundo. Bien por Ecuador, que en este momento está dando da la cara por Latinoamérica.
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