La censura, según el Diccionario de la lengua española de la Real Academia Española, es la intervención que practica el censor en el contenido o en la forma de una obra, atendiendo a razones ideológicas, morales o políticas. En un sentido amplio, se considera como supresión de material de comunicación que puede ser considerado ofensivo, dañino, inconveniente o innecesario para el gobierno, según lo determinado por un censor.
Sin embargo, el exponer a la opinión pública a periodistas incomodos, en horario estelar como lo hace Ana Elizabeth García Vilchis, quien al parecer se siente muy cómoda en su papel de censor en el gobierno de la 4T, también se puede tomar como censura. Si bien es cierto que algunos comunicadores abusan de la libertad de expresión en algunos medios, también los gobiernos saben que existe un herramienta legal que es el derecho de réplica, donde el supuesto ofendido, puede exponer su inconformidad, sea esta valida o no.
Así, sería bueno que el presidente deje de ventanear a periodistas incomodos, y mande a su empleada, Ana Elizabeth García Vilchis, a cumplir con otras laborares más productivas, y tomen en cuenta los medios legales para manifestar su inconformidad, cuando no están conformes con lo que se escribe sobre ellos.
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