Por la veda de la consulta el gobernador no hará conferencias de prensa. Vamos a extrañar sus chistes y escatologías

Cuitláhuac García Jiménez FOTO: WEB
- en Carrusel, Opinión

Armando Ortiz / El Instituto Nacional Electoral determino que, hasta después del 1 de agosto, día de la llamada consulta para enjuiciar a los expresidentes, López Obrador y los gobernadores deberán evitar cualquier tipo de propaganda gubernamental y la difusión de los logros de gobierno. Es por esta razón que el gobernador Cuitláhuac García suspendió sus conferencias de prensa. Y no es que tenga mucho que decir sobre sus logros de gobierno, porque poco o nada ha hecho, pero pues al parecer quiere respetar esa veda. Vamos a extrañar a nuestro ingenioso ingeniero, gobernador standupero, que nos ha hecho los días tan divertidos con su peculiar gracia, con su manera sinigual de ejemplificar los logros de la Cuarta Transformación. Otros dicen que después de la vapuleada que le dieron por andar haciendo chistes escatológicos sobre los cambios de la 4T, pues ya no le quedaron ganas al gobernador de practicar su comedia. Bueno, hasta hubo quien lo nominó como “una de las personas más estúpidas en América Latina”. Por eso mejor se fue a comer su cuernito de jamón a La Naval. Ahí se le acercaron los reporteros, pero el dejó muy en claro que no iba a hacer declaraciones, y menos chistes escatológicos sobre la 4T.

The Economist dice que la consulta para enjuiciar a expresidentes bien “pudo haber sido ideada por Cantinflas”

Para Michael Reid, columnista de la revista británica The Economist, la consulta que se llevará a cabo para enjuiciar a los expresidentes es como una parodia del Estado de derecho que “pudo haber sido ideada por Cantinflas”. Señala Reid en su comuna de esta semana: “Recurrir a un voto popular para decidir si enjuiciar o no es una parodia del Estado de derecho. El presidente dice que no votará porque no es vengativo y no quiere quedarse aferrado al pasado”. Por supuesto, muchos mexicanos coinciden con esta apreciación, pues para ellos está claro que la ley no debe ser objeto de negociación ni de votación, la ley debe aplicarse y punto. Michael Reid también comenta: “El señor López Obrador (o AMLO, para abreviar), siempre ha insistido en que llegó a ser presidente para trazar una línea de lo que él llama ‘neoliberal’ o gobierno corrupto. A esos cinco presidentes los responsabiliza, de diversas formas, por la corrupción, la concentración de la riqueza, el fraude electoral y una fracasada guerra contra las drogas que engendró aún más violencia”. Los mexicanos tendríamos que acostumbrarnos a este tipo de consultas que parodian la justicia, pues para muchos el presidente es un director teatral. “La votación también confirma que, en la lucha contra la corrupción, AMLO prefiere el teatro, que él puede dirigir”, señala The Economist.

Red privada de Netflix nos quedó mucho a deber; hasta parece que Bartlett fue el productor ejecutivo; Morales Lechuga queda como un gran escenógrafo

Para muchos el documental “Red privada: ¿Quién mató a Manuel Buendía?” que se transmite por la plataforma de Netfilx quedó a deber a todos aquellos que esperábamos que acusaran directamente a Manuel Bartlett Díaz, quien desde hace décadas ha sido señalado como el asesino intelectual del periodista. Para otros, el documental no podría hacer una acusación tan directa a uno de los defendidos del presidente López Obrador, por lo que de manera indirecta sí se le señala como quien pudo estar atrás de la muerte del Manuel Buendía. Pero no fue suficiente. Manuel Bartlett apenas es vinculado como el jefe directo de José Antonio Zorrilla Pérez, quien pasó 24 años en prisión por la muerte de Buendía. Sin embargo, cerca del final del documental, todo indica que Zorrilla Pérez no fue el autor intelectual, sino que se entregó para servir como “chivo expiatorio”. ¿A quién encubrió Zorrilla Pérez? Eso lo sabía Miguel de la Madrid, lo sabe Morales Lechuga. De hecho, Javier Coello, quien entrevistó a petición del presidente de México a Zorrilla, dice que estaría bien que estas alturas Zorrilla Pérez y Morales Lechiga dijeran la verdad, su verdad. Pero tal parece que ese secreto se lo van a llevar a la tumba. Para exculpar un poco a Bartlett sueltan la simplista versión de que Enrique Camarena, agente e la DEA, fue asesinado porque se enteró de un plantío de mariguana en Veracruz, información que le pasó a Manuel Buendía, razón por la que los dos fueron asesinados. Por cierto, Morales Lechuga, quien era titular de la Procuraduría General de Justicia en ese entonces, fue quien negoció la entrega de Zorrilla Pérez a las autoridades; Morales Lechuga fue el que montó la investigación, creando escenarios ficticios para acomodar la culpabilidad de José Antonio Zorrilla y de Rafael Moro Ávila, acusado de ser el autor material el homicidio. Vale mencionar que 20 años después Moro Ávila fue liberado, pues no se pudo sostener el escenario que Morales Lechuga le había fabricado. Las palabras finales las dicta Javier Coello Trejo, el “fiscal de hierro”: “Yo llegué a tener la convicción de que fue un crimen de estado. Zorrilla no fue culpable de eso. Que me perdone el licenciado Morales Lechuga. Pero yo lo entrevisté, yo lo interrogue, y de eso sí sé”.

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