«Estábamos apretendiendo a ser sirenas tirándonos hacia atrás». Winter se dio vuelta y vio a su padre acercarse sigilosamente a ellos y todos se reían. «De pronto, salté en el agua de nuevo y sentí que alguien me agarraba el tobillo. Durante los primeros segundos pensé “ay qué gracioso, papá”. Él y yo siempre hacemos eso: nadamos bajo el agua para agarrarnos de las piernas. Primero pensé que era él, pero estaba siendo demasiado doloroso. Luego me arrastraron bajo el agua y ahí pensé: “Esto no está bien”. Me tomó un segundo darme cuenta: “Dios mío, es un tiburón”», dijo.
Aferrándose a su vida, esta chica intentó luchar contra el tiburón y en un intento de zafarse, abrió la boca del animal como si fuera una “trampa para osos”. La lucha parecía imposible de ganar, pero el padre de esta chica golpeó al tiburón y su hija pudo liberarse. Al llegar al hospital, los médicos le notificaron a la joven que durante el ataque había perdió su pierna izquierda y algunos de sus dedos. Pero aun con todo lo que pasó, Paige Winter dice no «tener rencor» hacia el tiburón que la atacó.