Los vecinos de Tamara Samsonova dijeron que ella era una mujer buena y una abuelita tierna y cariñosa. A simple vista, Tamara era “una dulce ancianita a la que te daría ganas de darle un abrazo”. Sin embargo, posiblemente te apuñalaría por la espalda para desmembrarte y arrojar tu cuerpo por las calles del vecindario. El caso se dio en Huzur, Rusia, una ancianita reveló que había asesinado a su esposo y a varias personas más a lo largo de su vida. En el año 2000 su esposo Alexei Samsonov desapareció sin dejar ninguna pista.
No se sabía nada sobre su paradero. Tamara dijo a la policía que Alexei seguramente se fue con otra mujer; y le creyeron. Las autoridades no encontraron ningún rasgo del hombre. Tamara Samsonova continuaba en libertad y asesinando personas. La ancianita descuartizaba a sus víctimas y las desaparecía. A la mujer le gustaba practicar la mutilación.
Nadie sospechaba de ella hasta que un día la mujer acudió por sí misma a las autoridades a declarar sus crímenes. Señaló que a lo largo de su vida había asesinado a 38 personas, pero se considera que fueron más sus víctimas. La mujer confesó que a su esposo lo descuartizó y devoró poco a poco, también a otros vecinos de su domicilio. A la abuelita descuartizadora la ingresaron en un hospital psiquiátrico en donde estará por el resto de su vida.
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