Un día el escritor Armando Ortiz, en un programa de ABC Xalapa Radio de la Organización Editorial Mexicana, dijo una frase que le valió ser castigado 15 días fuera del aire: «Miguel Alemán Velasco será recordado en Veracruz, como recordado es su padre en la República, como un vil ladrón». Era una gran verdad, una verdad que se corrobora ahora con la orden de aprehensión en contra de Miguel Alemán Magnani, el siguiente ladrón de esta generación. Como lo hemos estado reportando, la familia Alemán había sido llamada al Servicio de Administración Tributaria, y habían sido advertidos por Raquel Buenrostro de que si no pagaban su adeudo con el fisco serían metidos a la cárcel; de acuerdo con fuentes periodísticas son más de tres mil millones de pesos.
Los negocios de los Alemán han sido fallidos. La riqueza que les dejó el abuelo antes que ser acrecentada, fue disminuida. Las acciones que tenían con Televisa las vendieron. Se dice que de un préstamo que como gobernador consiguió para Veracruz, Alemán Velasco tomó para hacerse de Interjet. Pero Interjet también resultó un fiasco. Estafaron a los clientes, a sus trabajadores y a sus accionistas. Los Alemán son como una especie de anti “Rey Midas”, en lugar de convertir en oro todo lo que tocan, lo convierten en mierda.
La orden de aprehensión es contra Alemán Magnani, su padre, el exgobernador de Veracruz no les sirve en la cárcel ni en arresto domiciliario. A quien le van a hacer pagar todo lo que se debe es al hijo, ese que en los tiempos en que su padre fue gobernador de Veracruz, se quedó con miles de millones de pesos de la Secretaría de Turismo y de otras dependencias. Por cierto, fue el que inventó el negocio de la Cumbre Tajín.
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