El discurso de Beatriz

Beatriz Paredes FOTO: WEB
- en Opinión

Bernardo Gutiérrez Parra / La reunión se llevó a cabo en el modesto auditorio del PRI de la Ciudad de México, nada que ver con el auditorio del PRI nacional que el fin de semana aún seguía tomado por las huestes de Ulises Ruíz. Pero a ella asistió la plana mayor del partido con Alejandro “Alito” Moreno a la cabeza además de alcaldes, diputados locales y federales ganadores en la pasada contienda electoral.

Más que para saber cuándo se largaría Ulises de las instalaciones del tricolor que había tomado desde el 29 de junio (el oaxaqueño levantó su plantón este lunes), el tema a tratar era saber qué viene para el partido después del 6 de junio. Y fue la ex senadora Beatriz Paredes la que con un discurso de 18 minutos puso las cosas en claro.

Dijo que al partido le hace falta comunicación con las bases porque ese es uno de los flancos vulnerables del PRI. Agregó que ahora las candidaturas tardan más tiempo en madurar. “No podemos construir a los cuadros del partido seis meses antes de la elección porque no les va a alcanzar el tiempo, nadie los va a conocer” y por consiguiente no van a ganar.

Y no esperó mucho para soltar un bombazo que debió soltarse hace años. Al advertir que el PRI no puede darse el lujo de tener candidatos vulnerables sentenció: “Ni modo, los compañeros que tienen cola que les pisen que nos ayuden en otras tareas. No van a poder ser candidatos porque van a estar reventados. Se va a trabajar todo el tiempo sobre eso, todo el tiempo sobre eso, todo el tiempo sobre eso –dijo tres veces-. Tenemos que ser de francos y así tenemos que decir las cosas”.

En esta primera tanda de aplausos la mayoría fueron de pura cortesía, entre otras cosas porque a muchos de los asistentes les quedó el saco a la medida.

La segunda tanda vino casi de inmediato cuando tocó el tema del PRI de Veracruz porque narró las vicisitudes que ha pasado la dirigencia de ese partido encabezada por Marlon Ramírez y los priistas veracruzanos. “Quiero agradecer especialmente al priismo de Veracruz. Fíjense a todo lo que se enfrentan: a un gobierno local de Morena, a un ambiente de absoluto desprestigio, del antecedente de nuestro partido, porque quienes fueron nuestros representantes en el primer nivel están ahorita cumpliendo una condena.

“Se enfrentan a un proceso de división donde figuras emblemáticas del priismo veracruzano se fueron al Partido Verde Ecologista. Se enfrentan a un estado donde los azules tienen fuerza real. Y se enfrentan a una circunstancia de una tradición muy vinculada a disponer de recursos”.

En palabras llanas la tlaxcalteca dijo que Javier Duarte está en la cárcel y Fidel Herrera ya es del partido Verde.

Indicó que a pesar de ir con todo en contra el priismo de Veracruz fue capaz de registrar planillas en todos los ayuntamientos, de convencer a compañeros y correligionarios, de propugnar por alcanzar una regiduría, una presidencia municipal, una diputación local y una diputación federal. Fueron capaces de realizar campañas en todos los municipios y construir una alianza que parecía impensable.

En relación a la alianza dijo que fue estratégica primero para existir como oposición, luego para tener presencia mediática. Y lo trascendental, para mandar el mensaje de que las fuerzas democráticas del país querían poner un dique a los excesos absolutistas.

Casi al finalizar volvió a referirse a Veracruz y a un veracruzano en especial: “Hay un amigo al que quiero mucho, con el que vivimos una campaña muy intensa y la suerte y el contexto no nos favoreció. El presidente del partido me encomendó que platicara con él y él no quería participar porque sabía que era una elección muy dura y venía de una derrota. En ese sentido quiero agradecerle especialmente a Pepe Yunes que sea nuestro diputado federal. Muchas gracias Pepe”.

Si con estos consejos, advertencias y avisos de doña Beatriz los priistas no entienden que deben decirle adiós al clientelismo, al voto corporativo (que ya no existe), a los compadrazgos y a las candidaturas hereditarias.

Si se niegan a darle las gracias a los corruptos, a los maleantes, a los maleados y hasta a los vividores que mal que bien hicieron su chamba y mantuvieron vigente al viejo nonagenario por más de ochenta años, pero que ya deben irse.

Si el PRI se resiste a abrirle paso a las nuevas generaciones, a los cuadros de jóvenes brillantes y con ideas novedosas que abundan en el partido, que no lloren por lo que les pueda pasar en el 2024.

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