El zacatecano es una Chucha Cuerera en las lides políticas; se ha fogueado entre traiciones y mentiras y, tenga por seguro que aún está reciente en la memoria de Ricardo Monreal cuando el jefe máximo de la 4T le prometió que él sería el bueno en la Ciudad de México si le ayudaba a ganar su tercera contienda para llegar a la presidencia. De modo que, después de dos años y dos meses como jefe delegacional de Cuauhtémoc, Ricardo Monreal dejaría el puesto para apoyar la campaña de Andrés Manuel López Obrador, con la promesa de que él sería el candidato para gobernar la Ciudad de México.
El desenlace todos lo sabemos, Monreal le cumplió al tabasqueño mientras López Obrador le dio la espalda al zacatecano y ungió a Claudia Sheinbaum. Hoy el presidente, al mero estilo priista y a destiempo, destapa y barajea los nombres de sus más allegados para sucederlo en el puesto en el 2024, pero sin querer queriendo deja fuera al pastor de los senadores.
«A nadie debe ofender ni molestar que sea una aspiración legítima la mía. No soy un ambicioso vulgar. Sólo un aspirante normal. Soy fundador de Morena y es mi derecho participar», dijo Ricardo Monreal al darse cuenta que el presidente no lo tomará en cuenta. Lo cierto es que en política no hay enemigo pequeño, y si Ricardo Monreal, como el propio presidente, no calculan bien sus pasos, Morena puede sufrir un fuerte descalabro para el 2024.
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