*Y dejarle los empleados de confianza a Ahued
Carlos Jesús Rodríguez Rodríguez / ¡TONTO, TONTO…pero no tanto!, diría la siempre bien recordada María Elena Velasco Fragossi, mejor conocida como la “La India María”, si viviera y se enterara de la última hazaña que pretende el infecundo alcalde de Xalapa, Pedro Hipólito Rodríguez Herrero, a quien obligadamente el sucesor, aunque provengan del mismo partido, Ricardo Ahued Bardahuil debe realizar una exhaustiva auditoria debido a los latrocinios cometidos mediante el uso de operadores –para él mantener las “manos limpias”-, aunque las tiene más tiznadas que un carbonero. Pues bien, don Hipólito que solo navega con bandera de poco entendimiento ha dado instrucciones a sus sesudos operadores financieros para que analicen la posibilidad de cobrar por adelantado el impuesto predial y el consumo de agua correspondiente a 2022, cuando ya no será presidente municipal, pues con esos recursos quiere dejar pagada la nómina, aguinaldos y otras prestaciones para los que ya debería tener un guardadito, perjudicando severamente, en caso de hacerlo, a la naciente administración que encabezará Ahued Bardahuil. Y es que solo por impuesto predial el ayuntamiento de Xalapa ingresó el año pasado 62 millones 582 mil 358 pesos, suma que a Hipólito no le vendrían nada mal para salir como héroe con sobrero ajeno, esto es, evitar dejar pendientes en el rubro de salarios y prestaciones de diciembre, cuando el cobro de esa contribución ya debe corresponder al sucesor para que inicie bien su gestión, con recursos suficientes para dar cumplimiento a los proyectos que trae en mente el Senador con licencia y empresario.
PERO NO solo eso; Rodríguez Herrero busca adelantar el cobro anual de agua potable –dizque con un descuento-, de tal suerte que los ingresos sean, igualmente usados por su moribundo gobierno a su arbitrio, algo que igualmente resulta alevoso, salvo que cobre el impuesto pero que el dinero recaudado fuere intocado por la actual administración a fin de que la siguiente sea quien disponga del monto total para dar un mejor servicio a la sociedad, ya que actualmente la prestación es pésima y deja mucho que desear, a tal grado que se avizora una profunda auditoría para conocer a fondo que ocurre con la Comisión Municipal de Agua Potable y Saneamiento de Xalapa, pues a pesar de que cobra elevadas sumas no produce agua limpia o reutilizable, además de que las aguas residuales deben de ser tratadas correcta y cuidadosamente, lo que implica recoger y separar los residuos y disminuir las emisiones de gases contaminantes, algo que no hace el referido organismo que, en una de esas, es rescatado por el ayuntamiento para evitar que siga siendo la caja grande de los alcaldes en turno, pues se tienen noticias de que muchos cobros en colonias populares no ingresan a las arcas de CMAS sino que son utilizados en otros rubros personales.
ES INDISCUTIBLE que Hipólito Rodríguez Herrero pasará a la historia como el peor alcalde que ha tenido Xalapa, y que su nulidad como Presidente Municipal hundió a la capital del estado en el desempleo –pues no generó las condiciones para atraerlo-, turismo –ya que aun antes del CoVid19, no había estimulado acciones para fortalecerlo-, abandono de parques, jardines, calles y avenidas, de alumbrado público y una total desolación y marginación de zonas marginales. Peor aún, la policía municipal se convirtió en un lastre para la sociedad que fue víctima de asaltos, extorsiones y robos por parte de algunos uniformados, además de excesos. Por ello Ricardo Ahued debe pensar en cómo profesionalizar a la policía municipal, aunque sería ideal que lejos de ser local se convirtiera en una policía metropolitana que abarcara Banderilla, Xalapa, San Andrés Tlalnehuayocan e, incluso, Emiliano Zapata con un mando colectivo coordinado por un Secretario o Director de Seguridad dependiente del ayuntamiento de Xalapa, algo que se ve imposible debido a los intereses creados, aunque tal vez Tlalnehuayocan y Banderilla si lo acepten por estar en el mismo corredor, y sobre todo porque muchos actos delictivos son cometidos aquí y los infractores escapan hacia los municipios citados, donde los elementos xalapeños no pueden actuar. Por ello, una policía metropolitana con elementos bien capacitados en todas las artes, de aproximación a la sociedad y con alto grado de responsabilidad es lo que conviene a Xalapa. Y es que durante su campaña como candidato a la alcaldía, Ricardo Ahued recogió cientos, miles de denuncias en contra de la policía municipal, lo que hace necesario que se hagan los ajustes necesarios.
PERO NO es todo cuanto pretende Hipólito en su avaricia y correspondencia a quienes fueron sus cómplices; se sabe que el alcalde pretende dejar incrustados como trabajadores de base a cientos de empleados de confianza que le sirvieron de tapadera, y en ese tenor ya entró en diálogo con los sindicatos -que no desean tener conflictos con Ahued- para que los basifiquen, lo que constituiría una falta irremediable a la Ley Orgánica del Municipio Libre en su capítulo 111 referente a las atribuciones del ayuntamiento que establece que: el nombramiento de los trabajadores de confianza únicamente surtirá efectos legales durante el Periodo constitucional que corresponda al ayuntamiento que los designó o contrató, salvo que cualquiera de las partes decida dar por terminado el nombramiento o designación anticipadamente; y sin la obligación ni responsabilidad de ninguna índole de ser contratado por el ayuntamiento o el presidente municipal entrante. Al presentar el presupuesto del último año de ejercicio constitucional deberán contemplarse los recursos necesarios para dar cumplimiento a las obligaciones de Ley. Cada Ayuntamiento clasificará los puestos de confianza conforme a sus propios catálogos generales de puestos que establezcan dentro de su régimen interno, así como, al momento de iniciar cada administración o contratar al trabajador de confianza, deberá expedir a éste un nombramiento en el que se especifique el cargo que deberá desempeñar de acuerdo con la clasificación que indique el catálogo de puestos correspondiente, señalando claramente las causales del término del nombramiento, tal como lo menciona el párrafo anterior.
PERO DON Hipólito que no tiene un pelo de tonto, aunque es un neófito en materia de gobierno se rodea de verdaderos tiburones que le “aconsejaron” en muchos temas, incluido aquel que le permitirá una vida holgada al terminar su mandato, y por ello sabe que hay una mina de oro en el cobro anticipado del impuesto predial y del consumo anual de energía eléctrica, y ni tardo ni perezoso ya comienza a moverse en esos rubros, además de intentar dejar a sus empleados de confianza en la nómina, causando un perjuicio irremediable a don Ricardo. Así las cosas…OPINA [email protected]
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