Francisco Vargas / El pasado 6 de junio se vivió una jornada electoral histórica, pero no por ser la elección intermedia con mayor participación ciudadana de la que se tenga registro, sino porque fueron las más violentas de las historia, registrando al menos más de 100 ataques a candidatos políticos en todo el país, la mayoría de ellos de partidos considerados oposición y teniendo como resultado su muerte.
Las irregularidades electorales abundan a lo largo y ancho del país, sobre todo en municipios, localidades y distritos donde el crimen organizado ordenaba a la ciudadanía por quien votar o en su caso amedrentaban a los candidatos opositores a que abandonaran la contienda o renunciaran a su candidatura, uno de los ejemplos más evidentes fue el de la candidata de la coalición opositora al municipio de Valle de Bravo, Estado de México: Zudikey Rodríguez, la cual fue privada de su libertad por varias horas a manos de una célula criminal, la cual la amenazó con terminar con su vida y la de su familia sino abandonaba la contienda, la candidata fue liberada para que poco tiempo después suspendiera su campaña y así la candidata de Morena la superará por menos del 1% y se quedara con la Alcaldía. Casos exactamente iguales se repitieron por cientos en todo México, en estados como Sinaloa, Michoacán, Sonora y Guerrero se denunciaron infinidad de actos de violencia contra candidatos, funcionarios y dirigentes políticos de oposición a manos del crimen organizado, en todos estos estados curiosamente Morena se ganó las Gubernaturas, dejando atado de manos a los candidatos opositores.
Así mismo, apenas este miércoles Silvano Aureoles, Gobernador de Michoacán, confirmó en el programa de radio con Ciro Gómez Leyva lo que la mayoría de mexicanos (informados) ya sabíamos; Morena pactó con el narco para poder ganar la gubernatura de Michoacán y al menos 6 estados más a través de actos de intimidación, secuestros, extorsiones y homicidios, el miedo y la violencia fue lo que se terminó imponiendo en cientos de ciudades y poblados del país cuyo principal beneficiado fue Morena y sus candidatos, es decir que no hay mayor prueba que estos infinitos y trágicos sucesos.
Por si fuera poco, al siguiente día de la elección López Obrador tuvo el descaro de felicitar a los miembros del crimen organizado calificando de “muy buena” su actuación durante la jornada electoral, algo así solo podría suceder en un país donde sigue existiendo gente apática de lo que sucede en su nación, o peor aún, cómplice de estos incompetentes criminales que se alían con delincuentes, pactan y hasta los felicitan después de violar la ley y atentar contra la integridad de mexicanos inocentes.
Estamos viviendo una etapa terrorífica para el país, cuyo autor intelectual cada vez se le nubla más la vista viviendo en un cuento de hadas y maravillas que solo existen en su diminuta cabeza, las consecuencias las estamos pagando todos los mexicanos y desgraciadamente hasta ahora no ha llegado nadie que lo pueda detener.
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