Cuando recién llego Cristiano Ronaldo al Manchester United para demostrar todo su talento en la cancha, el entonces joven jugador fue víctima de miles críticas por parte de varios jugadores, pues el portugués le encantaba la Coca Cola más que el agua.
Pero todo cambio cuando la leyenda de los Diablos Rojos Ryan Giggs no soportó ver a Cristiano Ronaldo tomarse uno de estos refrescos al terminar el entrenamiento. Desde esa vez, hasta ahora, el ganador de cinco balones de oro entendió el jalón de orejas de la leyenda del Manchester United y ahora tiene una vida más saludable.