*En el programa hasta familiares de funcionarios
Carlos Jesús Rodríguez Rodríguez / ¿DE VERDAD creerá el Presidente Andrés Manuel López Obrador que los programas sociales están llegando a quienes más lo necesitan? Porque este reportero conoce a más de tres clase medieros inscritos en el programa de Adultos Mayores que puntualmente cobran su bimestre, y cuando les preguntas que porque lo hacen si ellos tienen de que vivir, la respuesta es simple: si el Presidente (bueno, no dicen el Presidente sino palabras feas) está regalando dinero, pues hay que aprovecharlo. Hace unos días leía un artículo del director de la red de pobreza multidimensional de la universidad de Oxford (que coincide con lo que aquí afirmamos) en el que destaca que los programas sociales no necesariamente están siendo recibidos por los más pobres durante esta administración, ya que el Gobierno Federal no tiene un esquema preciso para focalizar los recursos a la población en pobreza, y en ese tenor se inscriben todos, más aun aquellos que tienen a la mano los instrumentos para hacerlo o la cercanía con las oficinas respectivas. Se sabe incluso que familiares de altos funcionarios del Estado y la Federación reciben esos recursos, lo que coincide con Hernández Licona cuando sostiene que los apoyos sociales no llegan a los más pobres, ya que los “ricos” reciben 12 por ciento más, y por ello en el Estado y País muchos que eran priistas o panistas ahora votan a favor de MoReNa para no perder esas prerrogativas gratuitas, que si bien no dejan de ser migajas, le resuelven la vida a infinidad de personas.
EN ESTE espacio se ha dicho hasta la saciedad que MoReNa carece de mecanismos para corroborar que los adultos mayores inscritos en los programas sean realmente personas desamparadas, o que en realidad necesiten de esos recursos. Y es que la inscripción a la llamada Pensión del Bienestar 2021 en la que adultos mayores reciben 2 mil 700 pesos cada dos meses (o cinco mil 400 si se anota la pareja), se da a partir de dos mecanismos: el ingreso a través de las visitas domiciliarias que realiza el personal de la Secretaría de Bienestar, o bien deberán realizarlo a través de la Línea del Bienestar al número telefónico: 800-639-42-64 y darse de alta o dar de alta a un familiar en un horario de Lunes a Viernes de 8:00 a 21:00 horas. Es tan simple como llamar y decir, quiero dinero gratuito de ese que regala el Presidente.
Y SI bien el programa busca ayudar a mejorar las condiciones de vida de las personas mayores, lo cierto es que por la facilidad con que se otorga lo están aprovechando quienes no lo necesitan, muchos inscritos en esa clase media que el Presidente Andrés Manuel López Obrador tanto detesta –aunque forme parte de la misma-. El programa atiende a todos los adultos mayores del país, y a los adultos mayores de 65 años que viven en los municipios integrantes de pueblos indígenas. El objetivo es contribuir al bienestar de esas personas a través de la entrega de una pensión no contributiva que ayude a mejorar las condiciones de vida, aunque ese dinero muchas veces no llega a los destinatarios ya que hijos o nietos son quienes administran las tarjetas del bienestar.
LOS REQUISITOS para obtener la pensión de adultos mayores es contar con 65 años cumplidos al momento de iniciar el trámite. Credencial para votar (INE). En caso de no contar con ese documento, pueden presentar pasaporte vigente o credencial del Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores (INAPAM), u otros documentos que acrediten identidad expedidos por la autoridad correspondiente. Clave Única de Registro de Población (CURP que se obtiene fácilmente). Exhibir comprobante de domicilio (máximo 6 meses de antigüedad) o constancia de residencia de la autoridad local (constancia que muchos obtienen en una tienda Electra u Oxxo con solo hacer un depósito y dar una dirección falsa). Acta de Nacimiento. Llenado del Formato Único de Bienestar, y una vez validado el registro se iniciará el proceso de entrega del pago. Y aunque en algunos casos te agendan día y hora para que personal de dicha dependencia realice una visita a tu domicilio, lo cierto es que la escases de personal no lo permite. Ya una vez aprobado el pago se realiza por medio de las Delegaciones de Programas para el Desarrollo en coordinación con la Unidad Responsable y preferentemente por tarjeta bancaria.
POR ELLO Hernández Licona critica duramente los programas sociales del presidente Andrés Manuel López Obrador, incluidos a jóvenes construyendo el futuro, sembrando vida o becas para el bienestar, y aunque las reacciones en torno no se han dejado esperar, lo cierto es que si bien, el también, ex secretario ejecutivo del Coneval asegura que muy a pesar de que el slogan gubernamental es “primero los pobres”, el gobierno de López Obrador no solo tiene una menor cobertura de los programas sociales en comparación al sexenio pasado, sino que las familias más acaudaladas tienen mayor cobertura de los programas que hace tres años, generando un retroceso en el tema de la desigualdad, y lo explica de la siguiente manera: los programas sociales durante esta administración no necesariamente están siendo recibidos por los más pobres, ya que pese a la buenas intenciones que tiene el mandatario, lo más complicado en el combate a la pobreza es hacer llegar los recursos a quienes menos tienen, siendo que en este sexenio no se ha logrado identificar a los más pobres, pues la pobreza es una de las limitantes para localizar a quienes de verdad requieren el apoyo, pues factores como enfermedad, lejanía de las comunidades y hasta las lenguas indígenas impiden que los recursos lleguen hasta el sector menos favorecido de la sociedad.
PARA EL experto, en cualquier país del mundo es importante tener un esquema preciso para lograr focalizar los recursos a la población en pobreza, pues una cosa es decir que se apoya a los pobres y otra realmente se haga llegar a ellos el recurso. De acuerdo a datos que le aportó el Inegi, el doctor explicó que este sexenio el 10 por ciento más pobre de la población solo recibe un 50 ciento de apoyo, siendo que durante el sexenio pasado la ayuda era de un 63 por ciento, lo que representa que la cobertura bajo del sexenio pasado a este. Así, en la práctica los recursos no llegan a los más pobres, incluso, dichos apoyos han aumentado en el sector de población que pertenece al 10 por ciento más ricos del país, por lo que en ese sentido ese 10 por ciento de gente que recibe más dinero, hace tres años se les daba entre un 7 y 6 por ciento de apoyo, mientras que hoy se les da 12 por ciento, situación que se podría explicar debido a la universalidad de la pensión para adultos mayores sin mayores requisitos. En ese sentido, Presidencia debería medir los resultados y no lo que repite el Presidente en sus mañaneras. OPINA [email protected]
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