López Obrador no puede tragar el bocado de la derrota; se la pasa rumiando su rencor en las mañaneras y vuelve a criticar a la clase media

Andrés Manuel López Obrador FOTO: WEB

El presidente «feliz, feliz, feliz» no puede con el trago amargo de haber perdido 9 alcaldías de la Ciudad de México; tampoco digiere que ya no tenga mayoría calificada, lo que le permitiría hacer cambios a la Constitución. López Obrador pregona que a su partido le fue muy bien en las elecciones; pregona que le fue mejor que en el 2018 y por ello él es «feliz, feliz, feliz». Sin embargo, es obvio que tiene atorado el trago de su derrota en la garganta, pues después del 6 de junio de 2021, no ha dejado de criticar a la clase media, esa que votó en contra de su proyecto de la Cuarta Transformación.

Tanto odia a la clase media, que ya hasta quiere crear su propia clase media: «Si queremos una clase media, desde luego, queremos sacar de la pobreza a millones de mexicanos, para constituir una nueva clase media, más fraterna, más humana, más solidaria, eso es lo que buscamos, sacar de la pobreza a millones de mexicanos… pero que no dejen de voltear a ver a los desposeídos, que no se les dé la espalda a los que sufren y que además estén más consientes y más politizados, para que resistan campañas de manipulación, que no sean presa fácil de la manipulación que orquestan que llevan a cabo los grupos de intereses creados los que no quieren que haya cambios, porque a ellos les conviene mantener el status quo».

Juzgue usted, si le fue tan bien en las elecciones del 6 de junio, ¿para qué sigue rumiando su rencor contra la ciudadanía que no está de acuerdo con su forma de gobernar?

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