El presidente Andrés Manuel López Obrador dice que él no odia, que él no guarda rencor. Sin embargo, son ya muchos los ejemplos de un presidente que se cobra todas las que le hacen. Ahí está Rosario Robles, quien se prestó para exhibir a su amigo René Bejarano, llamado, “el señor de las ligas”. Tampoco perdonó a Loret de Mola ni a Brozo, contra quienes pidió que los sacaran de la televisión pública. Ahora se va contra sus propios fieles, que al final resultaron infieles. Irma Eréndira Sandoval, entonces secretaria de la Función Pública, impulso a su hermano Pablo Amílcar Sandoval para que fuera el candidato a la gubernatura de Guerrero, en lugar del compadre de López Obrador, Félix Salgado Macedonio.
Según el columnista de El Universal, Mario Maldonado, el mayor agravió que cometió la secretaria de la Función Pública, “fue su activismo político en la elección del estado de Guerrero; mejor dicho, la guerra sucia que emprendió para descarrilar la candidatura de Félix Salgado Macedonio e impulsar la de su hermano, Pablo Amílcar Sandoval”.
La mañana de este lunes 21 de junio, el presidente sustituye a la infiel Irma Eréndira: “Tomé la decisión de sustituir a Irma Eréndira Sandoval Ballesteros por Roberto Salcedo Aquino en el cargo de secretario de la Función Pública. Se continuará con la política de cero corrupción y cero impunidad. Nunca le fallaremos al pueblo”. Ahí está el presidente que no odia, el que no guarda rencor, el que no se venga.
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