No contaron las autoridades de Salud que después de las elecciones, la gente se iba a confiar y se iba a seguir de largo, pensando que ya no había riesgos que correr. Los casos de coronavirus han aumentado, lo que ha obligado a las autoridades de Salud a modificar el color del semáforo en las entidades del país. Del verde que dominaba antes de las elecciones, ahora la mayor parte del país se ha vestido de amarillo y naranja.
Para muchos es criminal que el gobierno juegue de esa manera con la salud de las personas; es criminal que se use un instrumento de seguridad nacional para manipular a la gente. Por supuesto, las personas prudentes son indiferentes al color del semáforo epidemiológico. Estas personas siguen tomando sus precauciones, siguen usando cubrebocas, gel antibacterial y guardan su sana distancia; esto independientemente del color del semáforo epidemiológico.