Sobre este último tema reconoce: «Díganme pendeja, inculta, por no saber de la veda electoral, pero me gustó la causa y la apoyé»; pero apoyó porque le pagaron, no por estar convencida.
Sobre las amenazas proferidas al nutriólogo las niega, al mismo tiempo le manda un mensaje: «Como lo hiciste tú; tú que por el simple hecho de que soy una mujer y soy actriz, diste por hecho que mi producto sería malo y que yo era una pendeja. Por eso, hace un año te dije que sabrías de mí en poco tiempo, pues te restregaría en la cara los resultados del éxito de mi proteína». La verdad es que el nutriólogo no se fijo en si era mujer o pendeja. El nutriólogo hizo análisis del producto y alertó sobre su mala calidad. Pobre mujer, hasta para disculparse es estulta.