*Y las democracias son más seguras y duraderas
Carlos Jesús Rodríguez Rodríguez / CUANDO SE habla de la clase media en América Latina, nos referimos a personas con educación técnica o superior que trabajan en ocupaciones no manuales que suelen ser técnicos o profesionales y que, por consiguiente reciben mejores remuneraciones a las que cualquier ser humano que goza de cordura, aspira. En ese contexto, Eduardo Lora, autor de “Las revoluciones y las evoluciones de la clase media”, catedrático del Centro para el Desarrollo Internacional de Harvard, Economista en Jefe del Banco Interamericano de Desarrollo y Director Ejecutivo de Fedesarrollo, además de Vicepresidente de la Asociación Latinoamericana y Caribeña de Economía, refiere que los países con clases medias más sólidas gozan de un mejor desempeño económico y social, e incluso la literatura socioeconómica sugiere que las clases medias promueven el crecimiento y favorecen la estabilidad política. Como lo planteaba Aristóteles, “las democracias son más seguras y de más larga duración que las oligarquías, gracias a la clase media (cuyos miembros son más numerosos y participan más de los honores políticos en las democracias que en las oligarquías). Cuando falta la clase media y los pobres alcanzan un número extremado, sobreviene la adversidad y pronto se arruinan”. Lo dice un experto que desde 1996 se integró al Banco Interamericano de Desarrollo (BID) donde ha estado al frente de la coordinación del reporte anual del Banco (Bank’s annual report) Progreso económico y social en Latinoamérica. Su contribución al reporte ha incluido estudios sobre la desigualdad del ingreso, reformas estructurales, crecimiento económico, políticas sociales y competitividad. Ha sido un reconocido columnista de periódicos y revistas nacionales e internacionales como Dinero, Coyuntura social y Coyuntura económica, siendo editor de esta última. Sus publicaciones incluyen libros de estadística económica y economía. No es ningún improvisado ni tardo 14 años en graduarse de la Universidad, por el contrario, sus aportaciones han sido importantes para la democracia y el desarrollo en muchas naciones del mundo.
POR ELLO extraña que el Presidente Andrés Manuel López Obrador, frustrado porque las clases medias le arrebataron más de la mitad de la ciudad de México y le impidieron ganar en Nuevo León y Querétaro, argumente que en las elecciones del domingo 6, hubo un avance hacia el conservadurismo en la Capital del País “porque la clase media se dejó influenciar y se creyó las mentiras de la guerra sucia”, cuando la única guerra sucia que se vive en la Nación es que la que expele a diario en sus mañaneras el titular del Ejecutivo Federal. “Se creyeron lo del populismo, que íbamos a relegirnos, lo del mesías Tropical, lo del mesías Falso, etcétera, etcétera, etcétera, pero hasta las piedras cambian de modo de parecer” y “en cambio, la gente pobre sí internalizó el mensaje, entendió mejor que ahora se combate la corrupción y las cosas han mejorado porque antes no recibían nada, no eran tomados en cuenta y se les daba la espalda, pero de repente empiezan a recibir dinero del presupuesto y a darse cuenta que otro México es posible y, ahí sí, por más guerra sucia que hubo, no pudieron (y tiene razón, porque nadie está dispuesto a dejar el papel que AMLO les está dando: el de vividores del presupuesto sin devengarlo y mucho menos retribuir una parte el fisco. En suma, ¿quien renuncia a regalos económicos aunque vendan la consciencia?).
Y AMLO insiste: “ese es el cambio de mentalidad al que apostamos, esa es la revolución de las conciencias, pero de la clase media-media, media-alta, incluso con licenciatura, maestría y doctorado, no. Está muy difícil de convencer. Sí tenía razón mi amigo finado Carlos Monsiváis, que me decía ‘la verdadera doctrina del conservadurismo”, de la derecha, es la hipocresía. ¿Y saben qué? Hay que seguirlo diciendo, son clasistas y racistas”. Pero Lora lo advierte en uno de sus destacados libros citado líneas arriba; ¿Qué tienen en común la crisis de los países árabes, las negociaciones para subir el límite de la deuda americana y el buen desempeño de las economías emergentes? Respuesta: la importancia de las clases medias. Explica que la primavera árabe ha sido interpretada como la rebelión de una clase media en búsqueda de protagonismo político. En Estados Unidos, el debate de la deuda se ha centrado en el impacto del inevitable ajuste fiscal sobre los estratos medios. En los países emergentes, que han sido el motor del crecimiento global en medio de las penurias fiscales del mundo desarrollado, los ojos de los inversionistas y de los políticos están puestos en las clases medias en ascenso.
PERO SER o no de clase media no es tan solo una cuestión de ingreso. Así lo sugieren los análisis que contrastan las clasificaciones objetivas con las percepciones individuales de pertenencia social. Un estudio reciente del Banco Interamericano de Desarrollo explica por qué la percepción de pertenencia a una clase social supera la simple consideración de los ingresos. Para definir su propia riqueza, los latinoamericanos tienen en cuenta, además del ingreso y de las propiedades, sus capacidades personales y profesionales y sus relaciones interpersonales. La clase media latinoamericana se define como tal teniendo en cuenta el valor que representan el matrimonio, los hijos, la religión y los amigos.
AMLO SIN embargo defiende sus futuros votos y asume como “falsa la idea, un mito del pensamiento conservador, que sólo los ricos contribuyen al fisco y los pobres son subsidiados”. Es mentira, subraya, pagan más impuestos sobre la renta los trabajadores que los empresarios, proporcionalmente (si, pero los trabajadores que ganan de 15 mil pesos para arriba). Dolido hasta la médula, lamentó la guerra sucia en la CDMX y el uso electoral del lamentable accidente del Metro (cuando debería pedir perdón por haber reducido los apoyos para mantenimiento que ocasionaron la catástrofe), pues siempre andan zopiloteando, tal como lo han hecho con la pandemia (cuyos muertos, se asegura, ya rebasaron los 500 mil en México, ya que muchos fallecieron en sus hogares y sin atención), con sensacionalismo, amarillismo, inmoralidad, falta de ética, tanto de los medios de comunicación, como de la intelectualidad oficiosa y corrupta (pero también del protagonista de las “mañaneras” que cree ser poseedor de la verdad absoluta.
EN CONCLUSIÓN podríamos definir a la clase media, según la teoría de Karl Marx, como aquel sector social de trabajadores que son dueños de sus propios medios de producción (algo que no desea López Obrador en su afán de tener un país de pobres manipulables a los que compra la consciencia a cambio de migajas, sin permitirles su propio desarrollo con empleos bien pagados), o al revés: aquel sector social de los dueños de los medios de producción, cuya fortuna no da para contratar obreros, por lo que es el mismo quien trabaja los medios y se dedica a la producción de mercancías. Lo importante de este sector es que la producción de su trabajo no es alienada, es decir, que disfrutan del producto de su trabajo, algo que AMLO califica de aspiracionismo e hipocresía. Vaya mentalidad. OPINA [email protected]
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