En un reportaje muy completo, NYT, realizó una investigación «basada en documentos gubernamentales que abarcan varios años, entrevistas con personas que trabajaron en la construcción y análisis de la evidencia del lugar del siniestro realizado por expertos», su veredicto es implacable: «Con apuro para terminar, la ciudad exigió que las empresas constructoras abrieran el metro mucho antes de concluido el mandato de Ebrard como jefe de gobierno en 2012. La premura condujo a un proceso frenético de construcción que empezó antes de que se completara un plan ejecutivo y produjo una línea de metro con fallos desde el inicio».
Pero el reportaje no sólo señala a Marcelo Ebrard, también a Carlos Slim, cuya constructora fue la encargada de la obra: «Durante una inspección después del gran terremoto de 2017, la ciudad detectó fallos en la construcción original del tramo hecho por la empresa de Slim, entre ellos destaca el vaciado incorrecto de concreto y componentes de acero faltantes, según un informe gubernamental de 2017 que hasta ahora no se había difundido».