Sin embargo, su desapego con la clase media, que según sus propias palabras no votaron por él, ha quedado de manifiesto al considerarla como “aspiracionista” y “egoísta”. Lo que el presidente debe reconocer es que, gracias a las aspiraciones de gente que trabaja y busca tener mejores condiciones de vida, el Gobierno Federal de la 4T puede pagar las becas y las pensiones de su clientela electoral.
Mucho dependerá de lo que decida el presidente; si existe más polarización o si comienza manejar un discurso de reconciliación que permita sanar las heridas de una gran parte de la sociedad que se siente agraviada. Hablamos de empresarios a los que no baja de “fifís” o “conservadores”, también podemos señalar a medios de comunicación a los que no baja de “chayoteros” y, ahora, a la clase media, a la que señala como “aspiracionista” y “egoísta”. Ojalá y de verdad el presidente se dé a sí mismo la oportunidad de apostarle a la reconciliación, es por el bien de todos, es por el bien de México.