Los legisladores de Morena han caído además en desacato, pues no cumplen con las disposiciones que los tribunales federales les imponen. A esto hay que sumar que algunos de estos legisladores, como Rosalinda Galindo y Ana Miriam Ferráez son influyentistas y nepotistas y sólo buscan el provecho comercial y laboral de sus familias. ¿Qué decir de los legisladores federales? Algunos como Rafael Hernández Villalpando sólo buscan cobrar su sueldo y en la mayoría de las sesiones están ausentes.
A esto hay que sumar que Villalpando sólo regresó a Xalapa como diputado por dos cosas, a vacunarse y a pedir el voto para reelegirse. No merecen el voto. El resto de los diputados federales, muchos de ellos buscando la reelección, sólo sirven para levantar el dedo, para aprobar las iniciativas de una bancada de Morena que sirve para cumplir los caprichos del presidente. No merecen el voto.