Según medios internacionales, esta escultura fue vendida por 15 mil euros, unos 370 mil pesos, casi nada. Al ser comprada, Salvatore Garau especificó que su obra de arte debe estar en un lugar específico, ya que ésta debe colocarse en un sitio vacío en una casa particular.
Luego de terminar su escultura, Salvatore Garau presumió su trabajo en Instagram donde se puede apreciar como el artista la puso en un cuadro blanco en alguna calle de Italia. De momento, no se sabe sí el genio detrás de esto hará esculturas similares al «Io sono».