Arturo Reyes Isidoro / Hace tres años eran solo candidatos y no tenían el poder que da el gobierno, y lograron una verdadera hazaña, histórica: convertirse, de golpe y porrazo, en la primera fuerza política del país. Significativo si se toma en cuenta que Morena tenía apenas seis años como movimiento social y cuatro que había sido reconocido oficialmente como partido político por el INE (el 9 de julio de 2014).
El próximo domingo, para medir el éxito o la derrota de Morena, hoy el partido en el gobierno, se debe tomar como parámetro las cifras que obtuvo en 2018. Cierto, aquel 1 de julio se trató de la elección presidencial y para elegir gobernador, además de senadores y diputados federales y locales, y se podría decir que por eso se dieron las cifras de votación tan altas que hubo.
En parte es o puede ser cierto, pero ahora hay la circunstancia de que los morenos están en el gobierno y tienen el poder político, y a nivel nacional un líder, si bien muy polémico y cuestionado, que mantiene un alto nivel de aceptación y que impuso programas sociales que casi todos ven que llevan un propósito proselitista, que tendría cautiva a una gran parte de la población mexicana.
Esto es, que en la elección dentro de tres días, con todo el poder del gobierno a favor, Morena y sus candidatos deberían superar sus porcentajes de hace tres años o por lo menos mantener los mismos. Si no, entonces, se podría decir que cayeron, hasta ser derrotados, que la oposición les abolló la corona, para utilizar un término del lenguaje deportivo.
Hay un parámetro, pues, para medir el éxito o el fracaso, su tamaño. Vayamos a las cifras de Veracruz.
En las elecciones para renovar los ayuntamientos, en 2017 (en el Estado se eligen autoridades municipales cada cuatro años), arrasó la alianza PAN-PRD: ganó 112 alcaldías (de las cuales 42 eran candidatos perredistas). En segundo lugar, la coalición PRI-PVEM obtuvo 36, el partido Nueva Alianza, hoy desaparecido, 18, Morena 17, Movimiento Ciudadano (MC) 9, el PES 6, el PVEM y el PT 4 cada uno, con la circunstancia de que fuera de alianza el
PRI ganó 3 y ganaron 3 candidatos independientes. Las primeras tres fuerzas políticas municipales, pues, fueron el PAN, el PRD y Nueva Alianza.
Por lo que se refiere a las elecciones para elegir diputados federales en Veracruz, en 2018, Morena arrasó: de 20 curules en disputa ganó 17 y las otras tres, el PAN. Contundente.
En cuanto a los comicios para elegir diputados locales, de 30 bancas Morena ganó 10, el PAN 7, el PES 6, el PT 4, MC 2 y el PRD 1. El PRI, ninguna. El PES y el PT en realidad eran satélites de Morena, de tal forma que luego formaron una bancada mayoritaria.
Así, con todo el poder del gobierno (político, económico, de la fuerza pública, del Poder Legislativo, de la presidencia del Poder Judicial, de la Fiscalía General del Estado, y de la presión que ejercen y el control que tienen sobre el OPLEV y el TEV, Morena (y sus satélites también) debe superar sus cifras. No pueden salir con que a Chuchita la bolsearon. No tendrán ningún pretexto.
Grave, el ambiente de violencia
Es preocupante el alto grado de violencia que se vive en Veracruz en pleno proceso electoral, como nunca antes habíamos visto. No puede soslayarse que el mismo gobierno ha propiciado un ambiente de inseguridad a partir de la persecución a candidatos de la oposición violando la ley (como detener a uno de ellos pese a un amparo que tenía) y de amenazas (como las vinieron denunciando en forma oportuna alcaldes del PRD), lo que abrió la puerta, de par en par, para lo que estamos viviendo.
Las acciones oficiales no cesan. Ayer en forma simultánea, con el pretexto de “verificar y garantizar el cumplimiento de los procesos de acreditación policial”, la Secretaría de Seguridad Pública desarmó a policías municipales y tomó el control de las comandancias de Papantla y Zongolica, bastiones perredistas, ejes y entradas de dos de las sierras más importantes del Estado: la del Totonacapan y la de Zongolica.
Sergio Cadena Martínez, dirigente estatal del PRD, dijo que, a todas luces, se trata de “un acto intimidatorio y desesperado que busca frenar el ánimo ciudadano” y que refleja el miedo del gobierno porque sabe que Morena va a perder la elección del domingo. “Lo que están haciendo se les va a revertir. Se aprovechan de las instituciones, pero a pesar de eso vamos a ganar la mayoría en el Congreso local, en el federal y en las elecciones municipales”.
Se entendería que el control policiaco es para proteger sus operativos contra la oposición. Nunca habíamos vivido ni visto lo que hoy, muy lamentable.
En este ambiente de violencia e inseguridad, no puedo dejar de expresar en forma pública mi solidaridad con Lis González Fernández, secretaria general del Consejo Político del partido Podemos, por el secuestro de su padre, Herman González Lara, ayer en Corozal, municipio de Tempoal.
Lis es una amiga muy apreciada por varios periodistas de Xalapa, quienes la conocemos desde hace muchos años porque participó siempre en apoyo de Pepe Yunes en sus candidaturas a cargos de elección popular. Le deseo que su ser querido pronto esté con su familia.
Dan ternura, dice Dante
Ayer, de visita en Xalapa, el exgobernador de Veracruz y ahora senador y presidente del Consejo Nacional de Movimiento Ciudadano, Dante Delgado, lamentó la falta de rumbo así como de gobernanza que se presenta tanto en el Gobierno federal como estatal, lo que, señaló, genera que los problemas como la violencia se desborde, situación que los candidatos de su partido han vivido de manera directa. Dante dijo que “le da ternura” y que es inaceptable el actuar de las autoridades locales. Cuánta carga lleva ese “me da ternura”.
Pero también aprovechó para darle un espaldarazo a Raúl Arias Lovillo, el candidato de su partido a alcalde de la capital del Estado.
Cinthya y David, suman
De grano en grano, dice el dicho, se llena el buche de la gallina. En pleno cierre de campañas, ayer David Velasco Chedraui candidato a alcalde de la Coalición Veracruz Va logró la adhesión de Antonio Frutis, quien era candidato del Partido Cardenista al mismo cargo.
En una contienda muy disputada, con un opositor bastante competitivo como Ricardo Ahued, cobra gran valor hasta el último voto que se logre, que puede hacer la diferencia.
Por su parte, una de las dos mujeres que también compiten por la alcaldía xalapeña, Cinthya Lobato (¿qué se hizo Itzel Jurado?, ya no la vi en los últimos días), igual cerró a tambor batiente: sumó a varias féminas a su candidatura: a Andrea Maldonado Bandala, candidata a diputada local, del
PES, y a la doctora Arabella Marely Cañas Sáenz, candidata suplente a diputada federal por Xalapa, de RSP, así como a Martha Grayeb, quien era candidata a síndica del Partido Cardenista.
De las candidatas mujeres, Cinthya fue una legisladora probada, como lo demostró cuando fue diputada local por el PAN. La significó entonces, entre otras cosas, su lucha por que se transparentara el manejo de los recursos del Congreso local, lo que incomodó a sus compañeros de partido, que tenían el control de la Legislatura. Sufrió acoso, pero, guerrera y valiente, no se arredró.
Pero también recuerdo sus importantes foros, que llevó a todo el Estado, sobre equidad de género, así como los que organizó para cumplir en Veracruz la Agenda 20-30 sobre desarrollo municipal. Eso explica porqué esta vez los foros de su campaña estuvieron muy interesantes.
Y Chocolate salió limpio en el antidoping
Por su parte, José Alberto Pérez Fuentes, “Chocolate”, candidato del PES a alcalde de Xalapa, salió limpio en el resultado del examen antidoping que se fue a practicar. Le mostró los resultados al columnista. Confía en que los indecisos lo harán hacer historia.
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