Los intelectuales de este país no son los más idóneos para pedir que en las elecciones del 6 de junio se vote en contra de Morena. Esos intelectuales, en los sexenios pasados, se convirtieron en plantas de ornato que eran regadas con millones de pesos mediante consultorías, asociaciones civiles o empresas publicitarias. Esos intelectuales consintieron las imbecilidades de Vicente Fox, la guerra criminal contra el narco del dipsómano Felipe Calderón y las frivolidades de Peña Nieto, así como los virreinatos de los gobernadores que hoy están en la cárcel o son perseguidos. Entre esos intelectuales está Claudio X. González, el historiador Enrique Krauze y el escritor Héctor Aguilar Camín, todos ellos “succionadores profesionales”, como le diría Fidel Herrera a Pepe Robles.
Sin embargo, las razones que estos pseudo intelectuales anotan son válidas. López Obrador está por convertirse en un tirano y eso no lo podemos permitir. Dicen estos intelectuales: «El gobierno está usando recursos e instituciones del Estado para favorecer al partido del gobierno y el Presidente viola la Constitución interviniendo en las campañas, difundiendo propaganda y haciendo escarnio y persecución de opositores».
El presidente está metiendo las manos en las elecciones y está permitiendo que en los estados donde gobierna Morena se acose judicialmente a los adversarios políticos. Pero no es la voz de los intelectuales la que deberíamos escuchar. Deberíamos escuchar la voz de la razón, la misma que nos hizo votar en 2018 por López Obrador. Al votar por López Obrador los mexicanos no se equivocaron; los mexicanos votaron por un cambio y en 2018 ese cambio lo representaba López Obrador. Al final, el que se equivoca, el que engaña, el que solapa la corrupción, el que ataca a las instituciones es él, y por ello debemos votar en contra de su partido.
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