Un día después, Jesús fue hallado muerto por su esposa; el aficionado celeste se colgó con su propio cinturón. Al llegar la policía local, uno de sus tíos declaró que su sobrino le había dicho que iría al coloso de Santa Úrsula para ver el partido, pues quería ver como el Cruz Azul avanzaba a una final más.
Sin embargo, esta persona también comentó que Jesús no tenia, hasta donde sabía, algún problema que lo orillara al suicidio. Tras esto, un grupo de paramédicos llegaron al lugar de los hechos en donde confirmaron que Jesús había muerto por asfixia. Al momento, nadie ha reclamado el cuerpo de este aficionado azul celeste.