En este lugar, sus pobladores vieron que cualquier aguacero se vuelve tormenta y al ser así, entre todos, compraron un camión lleno de costales de arena. Al tenerlos estas personas crearon barricadas alrededor de sus casas y negocios para que el agua no entre. Al ser entrevistada una de las personas que vive en esta zona, dijo que la lluvia arruinó las pocas cosas que con su esfuerzo compró.
De igual forma, muchos residentes de la colonia Revolución dijeron que fueron hasta el ayuntamiento para pedir ayuda, pero lo único que les dieron fueron largas explicaciones. Al ser así, ellos se juntaron y entre todos han visto la forma de salir adelante. Bien dice el dicho: “La unión hace la fuerza”.