Muchos, al verlos en sus pantallas de televisión, prefieren cambiar de canal o plano sólo les dan el avión a los candidatos. Desgraciadamente varios de ellos llegarán a su meta deseada, serán apoyados por masas incondicionales o que simpatizan o se identifican con estos protagonistas electorales.
Sólo en algunas partes de la sociedad mexicana el voto es pensado y razonado, el elector evalúa concienzudamente y detenidamente su voto. No importa si le ofrecen despensa o dinero, este tipo de elector vota de manera inteligente. No obstante, muchos votarán de manera irracional, sólo impulsados por el interés de seguir recibiendo una prebenda gubernamental. Esa situación es la que verdaderamente le hace daño la incipiente democracia mexicana.
