*Amnistía Internacional denuncia represión
Carlos Jesús Rodríguez Rodríguez / CON UN odio irreflexivo hacia los medios de comunicación a los que culpa –veladamente- de no haber apoyado sus pretensiones de llegar, desde el 2006, a la Presidencia de la República, cuando Felipe Calderón Hinojosa lo derrotó por décimas de punto en las urnas, y a quienes acusa –tanto a los de México como del extranjero- de defender a las corporaciones que se han dedicado a saquear a manos llenas en el sector eléctrico y energético, el Presidente Andrés Manuel López Obrador –que desde Septiembre del año pasado al 20 de abril del actual acumula 13 denuncias ante el INE por presunta intromisión en el proceso electoral debido a sus expresiones político-electorales en las conferencias mañaneras-, desearía que todos los periodistas se doblarán ante sus ocurrencias, lo mismo que las instituciones incluidos los organismos autónomos que fungen como contrapesos del poder, y que le han echado abajo reformas como la Ley de la Industria Eléctrica, de los Hidrocarburos y, ahora, la de la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión por la que se crea el Padrón Nacional de Usuarios de Telefonía Móvil, y acaso por ello en este 3 de Mayo, Día de la Libertad de Prensa no tuvo palabras para los periodistas, y si acaso defendió a Isabel Arvide, actual cónsul de México en Estambul que viajó al País en primera clase, y ante ello argumentó que llevar a la práctica la política de austeridad republicana es un proceso, por lo que hay inercias y espera que esos actos terminen y sus funcionarios aprendan a vivir en la justa medianía. De la periodista que hasta en sus libros ha externado sus relaciones con grandes personajes, incluidos militares, aseguró que su nombramiento como cónsul fue “una reivindicación” porque la ahora diplomática ha hecho un periodismo polémico y ha padecido de persecución y del poder (cuando los comunicadores tenemos otros datos). “Ahí va poco a poco, cambiando el estilo de comportarnos como servidores públicos. Es un proceso, y yo pienso que se ha avanzado mucho el que ya no hay la prepotencia que había antes (vaya desinformación presidencial).
LO QUE si dijo el Presidente de la prensa, sobre todo de la que no le apoya ciegamente, es que hay una crisis moral y de credibilidad en los medios de información de todo el mundo, porque “durante el periodo neoliberal fueron cooptados por las grandes corporaciones económicas y financieras”, de hecho, habría dicho que los medios de comunicación ni siquiera están en manos de periodistas sino de empresarios, y quizá en algunos casos tenga razón, aunque en la mayoría es falsa su afirmación. Un comunicador se vuelve empresario cuando emprende, cuando decide construir una empresa que, por supuesto, es parte del sector privado y no del Gobierno, y al igual que una tienda vende la promoción o difusión de eventos que son contratados tanto por el Gobierno como por el sector privado; la prensa jamás debe estar al servicio de los Gobiernos como estos tampoco al de los medios, aunque si pueden contraer acuerdos comerciales, pues unos necesitan a los otros y viceversa, y no existe ningún pecado de corrupción en ello siempre y cuando se observen las normas que dictan las leyes.
PERO AMLO confunde; cree que los periodistas deben estar a su servicio, no ingresar recursos –como corresponde a una empresa-, vivir en la miseria, con salarios ínfimos, sin prestaciones, carentes de viviendas propias u otros negocios que son alternativas en tiempos de “vacas flacas” como estos, pero independientemente de ello, utiliza las mañaneras para mantener un hostigamiento permanente, poniendo en riesgo la seguridad de cientos de comunicadores independientes; es como entregarlos a la delincuencia organizada o de cuello blanco demostrando que él, el Presidente de la República, también, es enemigo de los medios, lo que ha resultado en decenas de agresiones y ejecuciones que ni siquiera en los tiempos más álgidos para la prensa se habían presentado. Y es que si el titular del Poder Ejecutivo Federal muestra menosprecio a los medios de comunicación, sus fanáticos lo replican porque tienden a imitarlo para quedar bien.
QUIZA POR ello, el pasado 7 de Abril, la organización defensora de los derechos humanos, Amnistía Internacional (AI) denunció que “el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador ha lanzado amenazas, actos de hostigamiento y ataques a los trabajadores de los medios de comunicación que son críticos de su gobierno. “El presidente estigmatizó en diversas ocasiones a las personas defensoras de los derechos humanos y a los medios de comunicación”, señala, paralelamente, en el Informe 2020/21. Dejó en claro que este año “continuaron las amenazas, el hostigamiento y los ataques contra las personas trabajadoras de medios de comunicación“, y recordó que, “según los datos oficiales disponibles en Noviembre de 2020, al menos 19 periodistas fueron asesinados durante ese año”. Peor aún, AI denuncia el uso que se hace desde el poder de los medios de comunicación del Estado, y retoma el caso de Notimex, la agencia de noticias del Gobierno mexicano que, según la organización, estuvo involucrada en una campaña difamatoria contra varios periodistas y medios que publicaban contenidos críticos de la administración de AMLO, muy a pesar de que actualmente es dirigida por una periodista que se distinguió por ser crítica, pero que ahora es vasalla de las órdenes del “señor”. “La campaña, dice AI, incluía una red de programas robot y cuentas falsas en las redes sociales supuestamente financiadas con fondos públicos”, asegura la organización con presencia en más de 150 países, algo que en tiempo y forma difundió Latinus, la agencia de noticias que más detesta AMLO lo mismo que a su conductor estrella Carlos Loret de Mola.
YA EL pasado 30 de Marzo, el propio Departamento de Estado de Estados Unidos había corroborado esa versión en su reporte “Informes nacionales de 2020 sobre prácticas de derechos humanos: México”, en el cual se revela que la directora de Notimex, Sanjuana Martínez intimidó a periodistas mexicanos que criticaron su nombramiento a través de hostigamientos y ataques en redes sociales desde cuentas falsas. Otro de los casos que recordó Amnistía Internacional fue cuando, en septiembre de 2020, un grupo de 650 periodistas e intelectuales firmaron una carta en la que acusaron a AMLO de actuaciones que afectaban la libertad de expresión. En respuesta, el Presidente emitió “una serie de declaraciones públicas que debilitaban a la prensa al favorecer un entorno propicio a la censura, sanciones administrativas y el uso indebido de la ley para intimidar a los medios de comunicación“. “(AMLO) ha lesionado presupuestalmente a los organismos autónomos, ha tratado de humillar al poder judicial, ha golpeado a las instituciones culturales, científicas y académicas, y ahora pretende socavar la libertad de expresión”, se lee en esa carta firmada, también, por artistas y otras personalidades públicas, lo que demuestra el odio ancestral de AMLO hacia los medios de comunicación que este día, como siempre, solo merecieron odio e indiferencia. OPINA [email protected]
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