Todos recuerdan que, siendo aspirante durante muchos años a la presidencia de la República, López Obrador se la pasaba criticando todos los actos de corrupción, influtentismo y nepotismo del partido gobernante. En 2016 el PRI designó mediante encuesta a Alejandro Murat como su candidato para el gobierno de Oaxaca. Alejandro Murat es hijo de José Murat, quien había sido gobernador de ese estado de 1998 a 2004; es decir 12 años habían pasado hasta la designación de su hijo. En ese entonces el candidato López Obrador criticó la designación con este mensaje: «Designar al hijo de Murat como candidato del PRI en Oaxaca, demuestra que en vez de república hay una monarquía hereditaria y corrupta».
En la página oficial lopezobrador.org.mx hay una nota completa que resume un acto de campaña a favor del entonces precandidato de Morena al gobierno de Oaxaca, Salomón Jara. En ese 2016 López Obrador decía: «Se sabe que su hijo (Alejandro Murat) tiene departamentos de lujo en Nueva York; quieren seguir saqueando el estado (…) ¿Ustedes creen que ese junior, que no sabe lo que significa la pobreza va a trabajar para la gente humilde de Oaxaca? No, sólo vienen a robar, sacar provecho y valerse de la necesidad».
Por cierto, en el 2020 AMLO puso al gobernador Alejandro Murat como ejemplo de cómo hacer caminos para Cuitláhuac García. Hoy el junior que no sabe lo que significa la pobreza es uno de los gobernadores favoritos del presidente. Una vez que se ha dado a conocer que Evelyn Salgado, en un acto de pleno nepotismo, fue designada mediante “encuesta” como candidata de Morena al estado de Guerrero, el presidente de México, ya no critica, antes bien celebra este acto de democracia interna. La incongruencia es un vicio, el vicio que acabó con López Obrador.
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