Su determinación y estoicismo es una suave brisa en el acalorado sistema político mexicano secuestrado por la voluntad del Ejecutivo federal. Se quiera reconocer o no, su valiente postura devuelve la confianza en las instituciones encargadas de procurar justicia y equilibrio en las contiendas electorales.
Su fallo no sólo trastoca la vida política del país, sino que manda un mensaje a la sociedad y a los diferentes actores políticos de que nadie puede estar por encima de la ley. Desde luego que los afectados del partido guinda no se quedarán con los brazos cruzados, son expertos en chanchullos y trastupijes, y no dude ni por un momento que ya se las arreglaran para salirse con la suya. Al menos en Guerrero, la “Juanita” será la hija del propio Félix Salgado Macedonio.